Las obras de urbanización del plan parcial del sector 'Alameda del Mar', más conocido como Cala Mosca, se han retomado tras la firma del acta de replanteo y la aprobación definitiva de la modificación del proyecto de urbanización por parte del Ayuntamiento. Así lo ha anunciado la constructora en un comunicado después de que este mismo lunes los obreros volvieran a hacer acto presencia en la parcela que ocupa el último kilómetro virgen del litoral oriolano. «Quince años después de su paralización y tras haber cumplido con la adecuación de este proyecto conforme a todas las exigencias medioambientales solicitadas por las autoridades competentes, la empresa urbanizadora ha reiniciado esta mañana los trabajos», se felicitan desde Gomendio.
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Con los obreros ya recolocando las vallas, la promotora ha recordado que el proyecto de urbanización, que prevé levantar unas 2.200 viviendas, ya fue modificado para adaptarse a todas las demandas de protección medioambiental y la tulela efectiva de las especies protegidas en Cala Mosca. Asimismo, defienden que el plan parcial ha incluido mejoras e intervenciones «que cumplen escrupulosamente con lo establecido en la Declaración de Impacto Ambiental».
Estas mejoras, recordaron, se traducen en la cesión de 60.000 metros cuadrados en primera línea de costa a la Administración, destinados ahora a ampliar la microrreserva de flora en el sector, para proteger la planta endémica rara llamada jarilla cabeza de gato. Además, añaden, se remodelan los accesos a playas y calas desde esta reserva, que contarán con un vallado perimetral para impedir el acceso de vehículos, personas o animales.
En este sentido, informan de que asumirán el coste íntegro de la rehabilitación y conservación de dicha área protegida, cuyo expediente, explicitan, ha sido ya incoado y cuya delimitación resulta de la documentación aprobada (plan parcial y proyecto de urbanización).
La urbanización, abundan, también incluye «un plan de seguimiento de vigilancia ambiental» que abarca el periodo previo a la ejecución de las obras, su desarrollo y el cumplimiento posterior de las medidas de conservación ambiental, así como de restauración de hábitats y paisajes.
El proyecto, pese a despertar la oposición vecinal representada por el colectivo 'Salvemos Cala Mosca' y de la mayor parte de grupos políticos, obtuvo el pasado martes la aprobación de la Junta de Gobierno del Ayuntamiento. Asimismo, ya consiguió el pasado julio el visto bueno de la Generalitat Valenciana y la resolución favorable de la Dirección General de Calidad y Educación Ambiental.
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