Las obras del dique de Levante en Torrevieja salvan el último escollo y empezarán este mes

Las obras de remodelación del dique de Levante arrancarán este mes de octubre. El Ayuntamiento de Torrevieja salvó ayer el último escollo de una de las obras que más le está costando empezar. La promesa de su reparación, que se remonta al primer mandato de Eduardo Dolón como alcalde (2011-2015), encontraba esta semana el estudio que dirija las obras, adjudicadas en agosto a CHM por 6.543.733 euros (IVA incluido). El plazo de ejecución es de nueve meses. La intención del equipo de gobierno es que estos trabajos finalicen a la par que las obras del centro de ocio. Ambas infraestructuras estarán conectadas por una pasarela elevada, que deberá licitarse a continuación como un proyecto independiente.

Así lo comunicaba ayer el concejal-secretario de la Junta de Gobierno, Federico Alarcón. Hasta ahora no se había podido adjudicar la dirección de obras porque el estudio torrevejense ya estaba al cargo de más contratos con el Consistorio que los que estipula como máximo el Acuerdo Marco, la bolsa preseleccionada de empresas que el Ayuntamiento emplea en sus licitaciones. En este caso, la UTE encabezada por Cayetano Bernabé ofertó 211.594 euros, lo que supone un 10% de baja sobre el presupuesto base de licitación. El máximo, por otra parte, que el mismo Acuerdo Marco permite a las empresas ofrecer.

Según aseguró Alarcón, ayer se procedería a la forma del acta de replanteo de las obras y que la próxima semana se comenzarán los trabajos previos de acondicionamiento, así como se analizará todo el plan de obras previsto para su inminente ejecución.

Los trabajos, por otra parte, cuentan con una parte financiada por los fondos europeos 'Next Generation'. En concreto, Bruselas financiará el nuevo alumbrado monumental y multicolor que tendrá el dique, que además será led para favorecer el ahorro energético.

La obra, además, acabará con el problema de desgaste que sufre actualmente el paseo voladizo, con frecuentes roturas en los tablones de madera que componen el paseo y las consecuentes caídas que, en la mayor parte de ocasiones, van seguidas de cuantiosas reclamaciones de indemnización para los accidentados.

La inversión es de gran envergadura. Se prevé actuar sobre 1.247 metros lineales, no solo con la sustitución del pavimento de madera natural actual por otro sintético más duradero y resistente a la humedad, sino la sustitución de barandillas por otras inoxidables, el cambio del botaolas por un banco corrido de hormigón, nuevos miradores y muros con tratamiento antigrafiti.

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