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Los Reyes Magos subidos este año al barco que habitualmente transporta a los turistas en verano a la isla de Tabarca. Eva Moya

Magia e ilusión en el desembarco de los Reyes Magos en Torrevieja

Sus Majestades cambiaron este año el pailebote Pascual Flores por el 'tabarquero' para amarrar en la bahía salinera

Lunes, 6 de enero 2025, 10:59

No se sabe si sus mágicas majestades disfrutaron antes de un paseo por la isla que se yergue frente al cabo de Santa Pola, pero lo que sí hicieron fue desembarcan del mismo 'tabarquero'. Los Reyes Magos prescindieron este año del pailebote Pascual Flores para protagonizar su siempre ilusionante desembarco en aguas de la bahía salinera, la cual se encontraron si cabe más tomada por las obras. No obstante, eso no fue impedimento alguno. Torrevieja entera aguardaba igualmente con mucha ilusión el fin de la travesía que llevó a Melchor, Gaspar y Baltasar desde el lejano Oriente y la respuesta fue multitudinaria.

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Pajes reales acompañaron a los monarcas en el trayecto a bordo y otros tantos les aguardaban en tierra para evitar que cualquiera de los tres tuviera cualquier tropiezo o lesión al bajarse del barco. No se trataba de que Gaspar fuera con el tobillo fastidiado a repartir los esperados regalos. Los primeros en brindarles gustoso recibimiento fueron la concejal de Fiestas, Rosario Martínez, y el propio alcalde, Eduardo Dolón, que otro año más acudió en compañía de su hijo.

Melchor dirigió unas palabras al gentío expresando su enorme gratitud por la bienvenida y dedicando unas palabras de amor hacia Torrevieja. «Una ciudad maravillosa», tildó el monarca para ganarse a todos los presentes. Así se inició un desfile para soñar. No faltó ninguno. Decenas de pastorcitos de Judea y Galilea acudieron para acompañar a los Reyes Magos en su adoración al Niño Jesús. Entre ellos trabajadores de todos los oficios: panaderos, alfareras y una simpática vendedora ambulante de castañas asadas. Hasta algunas egipcias y unas tribus africanas se sumaron a la fiesta.

La cabalgata así recorrió con mucha danza todo el paseo Vista Alegre para adentrarse hacia el corazón de la ciudad por Clemente Gosálvez. Atravesaron vías tan céntricas como Ramón Gallud para subir por Apolo hasta Caballero de Rodas y desembocar frente a las puertas del templo de La Purísima. La iglesia de la Inmaculada fue de nuevo pajizo escenario de la tradicional representación bíblica en la que sus Majestades brindaron al hijo de Dios sus tres presentes: oro, incienso y mirra. Después hubo tiempo para compartir chocolate y roscón en la tercera planta de la casa consistorial, donde los más privilegiados festejaron en torno al salónde plenos la víspera de esta fiesta de Epifanía.

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