A buen seguro todos recordarán aquella historia de la desaparición de un valioso texto en la catedral de Santiago. Cuando el Códice Calixtino, el primer libro sobre el Camino a Compostela, desapareció, todos pusieron al principio sus ojos en una banda organizada, pero, con el paso del tiempo, el robo de uno de los objetos históricos más valiosos del patrimonio nacional acabó transmutado en una historia de intrigas y venganzas al más puro estilo 'El nombre de la rosa' donde el culpable resultó ser el electricista. Pues bien, Orihuela también pudo tener a su Manuel Fernández Castiñeiras. No pocos estudiosos sospechan que por los pasillos del palacio consistorial, entonces sito en la Plaza Nueva, pululó a principios del siglo XX un mangante de guante blanco. Así lo lamentaba a principios del pasado siglo en la época el célebre historiador oriolano Justo García Soriano en un artículo publicado en 'El Pueblo'. Ante sus ojos vio desaparecer de los fondos documentales, entre otros, el 'Llibre dels Repartiments', el documento por el que ahora Ayuntamiento y Generalitat se conjuran para recuperar y que detalla cómo se repartieron las tierras tras la Reconquista.
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Depositado en la Biblioteca de Cataluña, ésta a su vez se lo compró al librero Salvador Babra en 1921. Y él, antes, a Dios sabe quien. Ahora, no cabe duda de que es el más reclamado. Hubo de esperar al advenimiento de la República para que el Consistorio tratara por primera vez de intentar recuperarlo y van cinco intentos. El libro, de hecho, solo volvió a pisar Orihuela con motivo de una exposición temporal en 2010.
Sin embargo, existen otros símbolos documentales de ese esplendor de la Oriola foral que todavía sobreviven lejos de la capital de la Vega Baja, antigua capital de gobernación del Reyno de Valencia. Es el caso del Libro de Privilegios y el 'Almunia'. El primer documento tiene su original del siglo XV depositado en el Archivo Municipal, en la Biblioteca María Moliner. Sin embargo, su gemelo está en Madrid, en el Archivo Histórico Nacional.
Este documento mandado escribir a mano como copia del original en el siglo XVI es, sin embargo, mucho más conocido por las tres láminas miniadas que contiene, obra de Jerónimo de Córdoba, discípulo a su vez del pintor renacentista Juan de Juanes. Se trata del escudo de Orihuela (el Oriol), el de la Corona de Aragón (la 'senyera') y una representación del cerco al que sometieron a la ciudad durante la guerra que enfrentó a Pedro I 'El Cruel' de Castilla y Pedro IV 'El Cremonioso' de Aragón.
«Se trata de un libro que, al contrario que el 'Llibre dels Repartiments', no tiene facsímil alguno. Si mañana arde la biblioteca María Moliner el original se perdería para siempre», advierte el exdirector del Archivo Histórico oriolano, Javier Sánchez Portas.
El 'Llibre dels Repartiments', por su parte, tuvo dos ediciones facsímil encargadas por la Cátedra Fernando de Loazes y por el propio Ayuntamiento. La Universidad de Valencia, por su parte, lo hizo del último y tercer gran libro que desapareció de Orihuela en extrañas condiciones: el 'Almunia'. Se le conoce así popularmente entre los académicos por el apellido de su autor, el notario Antoni Almunia, a quién el Consell (precedente oriolano del actual Ayuntamiento) «le ordenó en reunir en un único libro todos los acuerdos», recuerda por su parte el también historiador, Manuel Culiáñez. «Los privilegios solían ser documentos sueltos y de esta forma se precavían de que algunos de ellos se extraviara», añade Sánchez Portas.
En este caso, recuerda el que fuera edil de Los Verdes, este documento acabó en el Archivo Municipal de Murcia y, al igual que el Libro de Privilegios que está depositado en Madrid, señala, «tampoco ha sido nunca reclamado».
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Portas, aun así, más allá de reivindicaciones como la que protagonizara Villanueva de Sijena, se muestra escéptico de que el Ayuntamiento pueda garantizar la adecuada conservación del 'Llibre dels Repartiments' si consigue finalmente su devolución vía judicial. «Para mí urge más llevar a un lugar en condiciones la documentación del siglo XX, que lleva años amontonada en el antiguo cine Casablanca. Eso, si se pierde o deteriora, sí significaría perder buena parte de la historia de Orihuela y, en particular, toda la de Orihuela Costa, que se construye entera en el siglo pasado».
La asociación Juristes Valencians se sumó a la reivindicación del regreso del Llibre dels Repartiments. Ahora, la entidad, que ya impulsó el reconocimiento del Juzgado de Aguas como tribunal consuetudinario, insta al Ayuntamiento y a la Generalitat a que hagan extensiva la reclamación a Murcia del regreso del 'Almunia' y a Madrid del Libro de Privilegios. «Ambos son patrimonio público y testimonios únicos de la historia del Reyno de Valencia y de su derecho civil que jamás debieron salir de Orihuela».
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