Las últimas lluvias parecen haber 'desagrietado' un poco el tapiz, ya escaso de césped, de La Glorieta, el principal pulmón verde de Orihuela. Pero, si no se pone una pronta solución a una red de riego llena de fugas, el jardín que hace las delicias de todos los oriolanos podría empezar a marchitarse. Así lo denuncia el PP que asegura que hay partes del recinto que llevan sin regar tanto tiempo que hay copas de algunos árboles que empiezan a clarear fruto del estrés hídrico.
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La llave de paso del agua apenas se abre ya para llenar la fuente monumental, pues los escapes impiden hacer ya un riego homogéneo de todos los parterres, dando como resultado incluso que se aprecien algunas zonas que se encharcan, mientras a otras no les llega una mísera gota.
Una situación más alarmante si se tiene en cuenta la cantidad de árboles de gran porte que hay y sobre todo la presencia incluso de algunos ejemplares que están declarados como monumentales y a los que, en consecuencia, el Ayuntamiento está obligado a prestarles una atención más particular. Tal es el caso de algunas palmeras y, por supuesto, del ficus centenario que preside el corazón de La Glorieta.
Estos árboles de avanzada edad, explica el concejal Dámaso Aparicio, en caso de que se sequen sus ramas, pueden suponer además un gran peligro para los viandantes y para los niños que corretean tanto por la explanada como por la zona de juegos infantiles.
Asimismo, el edil popular se pregunta por qué el concejal de Medio Ambiente, Guillermo Cánovas (PSOE), todavía no ha completado y publicado el catálogo municipal de árboles monumentales «que dejé en el cajón». Aun así, en el caso del riego, carga contra el destituido concejal de Infraestructuras, Ángel Noguera (Cs), al que acusa de «dejadez» y advierte de que ya fue alertado del problema por Hidraqua.
«Ya no es solo que no se riegue, es que el agua que se pierde también hay que pagarla», recrimina Aparicio. Además, aprovecha para urgir al Ayuntamiento a hacer un consumo más responsable de los recursos hídricos, pues el riego de La Glorieta hoy se sigue haciendo con agua potable «cuando tenemos a escasos metros una toma de agua regenerada en el Puente Nuevo y un tanque de tormentas en la avenida Marqués de Molins», apunta.
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