La cámara del atajo a Torrevieja que multa a decenas de conductores
El PP cifra en 600.000 euros la recaudación con la videovigilancia de la CV-909 y el alcalde rebaja esa cifra y destaca que hay menos accidentes
Un semáforo videovigilado tiene preocupados a los vecinos de San Isidro. Ubicado en la CV-909, la principal vía que atraviesa el pueblo desde el polígono La Granadina hasta la nueva estación de tren de Albatera-Catral, está dejando decenas de multados a su paso. Según el PP, que está en la oposición, el Ayuntamiento está recaudando, gracias a este dispositivo, alrededor de 600.000 euros al año. Una cifra nada desdeñable si se tiene en cuenta que los ingresos del Ayuntamiento de esta antigua pedanía de Albatera fueron de 2.472.021,81 euros en 2021. El alcalde, Manuel Gil (PSOE), a preguntas de este periódico, asegura que «no es tanto dinero».
El caso es que por este semáforo, pensado para poner orden en un cruce conflictivo, pasan muchas conductores, no solo que vienen de Albatera. También es un atajo que ahorra algunos kilómetros a vecinos de la Región de Murcia que conducen camino de destinos de playa como Torrevieja y Orihuela Costa. Cruzar San Isidro permite evitar tener que ir por autovía hasta Crevillente para coger allí la AP-7 en dirección a la ciudad salinera.
La casuística del cruce es compleja. El semáforo está inicialmente pensado para castigar a aquellos que se lo saltan cuando está en rojo. Sin embargo, justo antes de este, hay una parrilla de líneas diagonales amarillas que prohíbe detener el coche sobre ella, puesto que hacerlo obstaculiza la incorporación a la CV-909 de los coches que circulan por la calle Enrique Tierno Galván.
El PP manifiesta que el tiempo que el semáforo permanece en ámbar se queda corto y obliga a muchos a frenar sobre la parrilla. El alcalde le quita hierro y manifiesta que las cámaras instaladas solo sancionan a los que pasan el semáforo en rojo. De la gestión de las sanciones, confirma el regidor, se encarga una empresa privada, que se llevaría parte de lo recaudado.
LA VERDAD ha podido comprobar que son muchos los coches que se detienen constantemente sobre la parrilla como se aprecia en la fotografía que hay sobre estas líneas. Una señalización, además, que apenas se aprecia, pues está muy desdibujada y desgastada. Según la ordenanza de tráfico del municipio, no respetar el conductor de un vehículo la luz roja no intermitente de un semáforo está sancionado con 200 euros, 100 si se paga en los primeros días. Misma multa se cobra en caso de tener detenido el vehículo en intersección regulada por semáforo, obstaculizando la circulación, y no salir de aquella pudiendo hacerlo.
El alcalde defiende la utilidad del dispositivo. «Esto nace de que prácticamente teníamos un accidente todas las semanas y ahora hemos pasado a tener dos accidentes al año. Si la justificación está ahí, pues bendita justificación», resuelve Manuel Gil.
Los populares no se oponen a este dispositivo, pero, dicen, «es preciso dotar a los semáforos de la sincronizacion oportuna para evitar situaciones en las que el administrado sea sancionado por causas ajenas a su voluntad». Y, en este sentido, respecto a la parrilla, «o bien se señaliza mejor, o bien se podría adelantar el semáforo con el fin de evitar la desproporcionada actividad sancionadora».
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