En esta corta vida, quizás lo que define mejor a una persona es si sabe cuándo se está de más. Saber irse, dejarlo, desaparecer... diferencia al que se aferra al poder de aquel que es consciente de sus limitaciones. Una de las características de la ... generación de políticos que surgió con el 15M (Iglesias, Rivera, Errejon, Díaz, Colau...) es que se creyeron desde el principio que eran indispensables y venían a salvarnos aún no sabemos de qué. Iglesias pareció que se iba, pero aún sigue mandando en la sombra; Rivera se fue, pero antes destruyó a su partido y un proyecto de centro necesario para España; Errejón se va porque le han pillado con los pantalones bajados; Díaz aún no sabe que los votantes la han ido echando del tablero político. Ninguno se enteró de su insignificancia y de que su tiempo había pasado.
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Hablemos de Errejón. Hace algún tiempo tuve ocasión de escuchar un comentario sobre Errejón relativo al modo en el que se relacionaba con las mujeres. Nunca puse en duda determinadas cosas que me contaban, porque me lo contaba gente de mi absoluta confianza, con mucha certidumbre y con mensajes escritos. Sí, me llegó a mí que vivo a miles de kilómetros del proyecto Sumar: si me llegó a mí, ¿cuántos cercanos al círculo de poder en Madrid lo sabían? Antes de seguir, me gustaría dejar claro que reconozco que Errejón es una gran cabeza política y siempre le he admirado, pero su conducta es muy lamentable. Lo más importante en la vida no es tener buena cabeza sino ser buena gente; además, la inteligencia sin empatía te convierte en un monstruo psicópata y narcisista. Hay que saber comportarse con todo el mundo, el respeto define la medida del valor de una persona: es algo que no hay que perder nunca de vista, y pareciera que él se ha pasado muchos pueblos en su relación con los demás. La justicia nos dirá la verdad judicial; la verdad social es que Errejón es ya un político difunto.
Nadie del Gobierno se enteró. Será que el cornudo es el último en enterarse, o que quiere no enterarse creyendo que así no te lo llamarán. No querer enterarse es lo que parece le pasa a Díaz, Yolanda. Sería algo así como si en una empresa, el CEO, no se enterara de que alguien de su confianza directa, que se jacta y presume de compartir mantel y mesa a diario con él, ejerza sobre terceros acoso psicológico y laboral para propiciar la persecución y derrumbe de quienes no comulgan con su credo y solo aspiran a hacer un buen trabajo. Si este ficticio empresario tiene responsabilidades 'in vigilando', ¿no debiéramos también pedírselas a los políticos que libremente escogen a sus portavoces parlamentarios o secretarios de Estado? Porque la cuestión es que uno es responsable de las estupideces que cometen quienes son nuestros subordinados directos, o al menos debe demostrar que hizo todo lo posible para que no las hiciera (empezando por enterarse de quién es verdaderamente su elegido). Yolanda Díaz debería aprender del buen ejemplo de Manuel Pimentel, aquel ministro de Aznar que dimitió cuando uno de sus colaboradores cometió irregularidades. Obviamente esto pone el listón muy alto, pero es que así funciona cualquier organización que se precie y se estime.
Así las cosas, a mi juicio, es lamentable, que una parte del PSOE siga obsesionada con salvar a Sumar, una coalición que ha sido alimentada por círculos mediáticos y políticos. Errejón ha hecho un servicio importante: la destrucción de Podemos, una causa en la que Yolanda Díaz era la más interesada en ese juego de destruir la organización nacida el 15M. Y lo peor, todo este lío para construir una alternativa totalmente vertical, sin estructura e incomprensible en sus planteamientos ideológicos Podemos no es que fuera algo maravilloso, de hecho, no lo era, pero muchos de sus errores los ha incorporado la formación Sumar y, además, los ha empeorado al carecer de estructuras orgánicas. En esta última etapa, Íñigo Errejon ha sido la criatura de Yolanda para acabar con lo poco que quedaba del 15M.
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Creo que Sumar es un lastre, una rémora para la izquierda. Ahora toca que ese espacio se reorganice de la manera más honesta y horizontal posible en la línea de lo que pide el coordinador general de Izquierda Unida, Antonio Maíllo; y quizás sea necesario que se dejen de nombres vacíos y volvamos a la simplicidad en la definición: Izquierda Unida.
Seamos positivos, creo que la marcha de Errejón es muy buena para la unidad de la izquierda, sólo falta que se vayan Yolanda Díaz y algún flipado/a más para que la cosa se vaya allanando y poder empezar de cero, que es lo que necesitan. Ya están tardando en irse. Un último mensaje a Yo Yolanda y sus disminuidos palmeros: menos 'tú y yo' y más 'nosotros'. Saber irse. Continuará.
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