No se asombre querido lector, ni este modesto escribidor ni el corrector se han equivocado: el título de este artículo está bien escrito y para ... nada se refiere a una apreciada parienta. Tutía, o atutía, viene de un vocablo del árabe hispánico y nomina al óxido de cinc que se adhiere a las chimeneas de las fábricas donde se trata este mineral o se fabrica latón. Producto muy conocido en la medicina antigua, tanto para los males del ojo como remedio en general, fue tanta su fama y aprecio que cuando el boticario anunciaba al paciente que el milagroso ungüento se había terminado, la expresión 'no hay tutía' equivalía a que su mal no tendría curación ni alivio, lo que producía un enorme desaliento en el sufridor. Hogaño, y ya han pasado muchos lustros, seguimos empleando la frase cuando queremos expresar que algo se presenta como irremediable o con pocas esperanzas de ser alcanzado.
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Mi feliz retiro en este idílico paraíso que es Santo Ángel propició en un principio mi total desconocimiento sobre esa llamada Fundación Ingenio que tanto revuelo está organizando y que tanto ha encocorado a nuestros gobernantes autónomos. Sin embargo, desde hace unos días, he seguido con interés el éxito de la convocatoria de agricultores en Torre Pacheco y la intervención de la directora de dicha fundación, la que quiere proteger la tierra y la pureza del agua con que se riega, que ha provocado una insólita reacción de los dirigentes del PP solo entendible por motivos puramente políticos. Quizás las maneras en las que la señora, capaz de reunir a tanta gente de bien, se haya dirigido al respetable criticando a los gobernantes regionales no hayan sido las más apropiadas desde el punto de vista de posibles negociaciones de su fundación con el poder político, pero yo siempre defenderé la libertad de expresión frente a ese tan hipócrita como anticuado manual que exige buenas maneras cuando los exigentes, con sus actuaciones, dejan mucho que desear.
He dicho varias veces, tantas como lo he escrito, que criminalizar a la agricultura como única causante de los males de nuestro Mar Menor es injusto y contraproducente. Algunos alcaldes ribereños se han mesado los cabellos y rasgado las vestiduras por causa de la denuncia de la directora de la Fundacion Ingenio, señalando que uno de los peores males que afectan a nuestra albufera han sido y son las obsoletas e insuficientes depuradoras municipales que han estado vertiendo, y lo siguen haciendo, millones de litros de aguas fecales poco o nada tratadas. Creo que parte de razón tiene la maltratada directora. De otra parte, la Confederación Hidrográfica ha permitido, durante años, que escorrentías de la Sierra Minera, contaminadas con restos de metales pesados, utilizando como cauces las ramblas, hayan vertido residuos muy contaminantes, convirtiendo nuestro querido mar en una cloaca, y ese organismo estatal no ha sido capaz de terminar la construcción de un necesario canal de avenamiento que lleve las contaminantes escorrentías lejos de la albufera . Claro que la forma de cultivar de esa agricultura intensiva utilizando fertilizantes nitrogenados en cantidades masivas ha tenido que ver con la contaminación sufrida y denunciada, pero no nos olvidemos del daño que han hecho las ortopédicas playas de arena contaminante, la apertura del Canal del Estacio, la profusión de embarcaciones a motor, la construcción de pantalanes a fondo de los numerosos clubes náuticos y el crecimiento urbano desorbitado, que ha hecho ricos a esos municipios ribereños que ahora demonizan a los agricultores. Son muchas las causas y muchos los agentes que han puesto en muy serio peligro a nuestra más preciada joya marina, pero es injusto señalar a un único culpable y apuntar toda la artillería a ese foco dejando a los otros que sigan dañando.
El intento de asociar la Fundacion Ingenio con Vox, para así salvar algún mueble político e intentar neutralizar trasvases de votos, me parece de una puerilidad asombrosa y comparable cuando tras alguna protesta justificada o huelga legal alguien se empeña en asociar a UGT con el PSOE o a CC OO con Izquierda Unida. Vamos a dejarnos de monsergas, basta de lamentos, ahora toca trabajar todos juntos por la recuperación de nuestro pequeño mar. Repongamos la tutía y empleémosla de la mejor manera. Remedios hay, la responsabilidad de aplicarlos es de nuestros dirigentes, a los que hay que presionar sin desmayo. No aceptemos que nadie nos amedrente con que no hay tutía.
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