El Mar Menor no solo se ahoga en nitratos, nitritos, sulfatos y barro, también lo hace en relatos. Cada organización y personaje público tiene el suyo y observamos cómo se van posicionando de uno u otro lado de una línea imaginaria dibujada en el suelo. ... Hablemos de lo que la política regional del 'dejar hacer' realmente ha puesto en juego:

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El ecosistema natural. La mayor laguna salada de Europa, 170 km2 de extensión, 6 metros de profundidad máxima y 73 kilómetros de costas que escondían un entorno único y que era orgulloso patrimonio de murcianos y murcianas. Hablo en pasado porque, de haber una solución, espero que nadie en su sano juicio piense que hará efecto de un día para otro, porque eso no va a suceder y no por falta de interés, como brama la ultraderecha, simplemente porque no es viable.

Ecosistema laboral. Cerca de 50.000 puestos de trabajo se desarrollan en el entorno del Mar Menor. Sectores productivos enteros que podrían desaparecer: algunos pequeños que a duras penas resisten, como la pesca o los deportes náuticos, y otros grandes que pierden en el presente y perderán en el futuro. ¿O no se han parado a pensar que la imagen que se está dando de la agricultura del Mar Menor se extenderá al resto de los productos de la Región de Murcia? Lo que está en juego son los 96.000 puestos de trabajo de toda la industria agroalimentaria regional. ¿Quién sostendrá a esas familias cuando se dejen de comprar productos murcianos? ¿Y la hostelería? Aquí llueve sobre mojado. El total de viajeros que tuvo la Región de Murcia entre junio y agosto de 2021 fue de 353.000. A pesar de todo lo que acontece se consiguió un 83,5% de recuperación de la situación pre-Covid. La esperanza de muchas personas, la mayoría de las cuales vienen de un ERTE, o incluso del paro por la condición de temporalidad del sector hostelero. Y es que los puestos que podrían desaparecer pertenecen a sectores con convenios colectivos paralizados por la patronal porque esta quiere rebajar los derechos laborales como el agrícola, que afecta a 25.000 personas, o el de la hostelería, 47.000 trabajadores y trabajadoras afectados por un convenio de hace 13 años con unas tablas salariales hasta 300 euros por debajo de las de la comunidad vecina, o el del Convenio Cosechera de Tomate y Lechuga, a la espera de cita judicial porque la patronal se niega a subir los salarios al actual y obligatorio SMI.

Ante esto llama la atención que se aprueben leyes en la Asamblea Regional para no aplicarlas. Ustedes, irigentes de la Región de Murcia, ¿no están también agotados ya de maquillaje político? Ya huele más que las toneladas de peces muertos que se han retirado de nuestras costas. Déjense ya de golpes de efecto y de titulares estrella. Si no fueron ustedes pero fue su partido, agachen la cabeza, remánguense y enmienden el error, si es que aún estuviéramos a tiempo. No podemos más, el Mar Menor y sus gentes, los votantes, no pueden más.

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CC OO hace un llamamiento a las dos administraciones, regional y estatal. Sepan que la ciudadanía no lo va a perdonar. Los trabajadores y trabajadoras murcianas no lo van a entender cuando en una década (en el mejor de los casos) se encuentren sin trabajo y sin laguna.

Tras años exigiendo desde CC OO un necesario cambio en el modelo productivo, ya no hay marcha atrás. Viene una reconversión agrícola inaplazable. Pero aprendamos del pasado, recordemos la reconversión industrial de Cartagena y no repliquemos, los cierres, despidos, y la inoperancia política que tuvo entonces un coste social que aún duele, tres décadas después.

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Siéntense a trabajar, negociar implica ceder, y encuentren soluciones políticas, empresariales, económicas, ecológicas y legislativas, para resolver el futuro del Mar Menor. No solo es nuestro deseo, es su obligación.

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