En 1987 una avioneta Cessna (el equivalente al 'cuatro latas' de los aviones) que pilotaba un adolescente alemán aterrizó, burlando todas las defensas aéreas aprovechando que era día de fiesta, al lado del Kremlin en Moscú. Si aquel adolescente pudo hacerlo, cualquiera podía hacerlo, exclamó ... el planeta, asombrado. Aquello dio idea exacta a Occidente de hasta dónde llegaba la descomposición interna, absoluta, de la Unión Soviética. Y en efecto, dos años después allí cayó todo, menos lo único que no cae nunca, la mafia. En 2021 un jet de compañía aérea marroquí ha aterrizado siguiendo un guión de la comedia 'Dos tontos muy tontos' o, mejor, de su segunda parte, 'Dos tontos todavía más tontos', en el aeropuerto de la hoy tan indepe Palma de Mallorca. Sus pasajeros, inmigrantes ilegales, corrieron por la pista hacia paradero desconocido, perseguidos sin éxito por algunos guardias panzudos, y obligaron a desviar todos los vuelos y cerrar el aeródromo. Esto da idea exacta a Occidente de hasta dónde llega la descomposición interna, absoluta, de España.
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De modo que la puerta de Europa solo tiene concienzudos sistemas de seguridad para la gente decente que trata de tomar un vuelo legal para irse de su país. En cuanto se entra por lo ilegal en el país, aunque se lleve encima un arsenal de bombas o cualquier otra cosa que se le ocurra a alguien, se activa el protocolo de nuestra comedia bufa y llega ese libro del dibujante llamado Hez que acaba de sacar la editorial La Felguera, 'Tebeos idiotas para idiotas como usted'. Los soviéticos que estaban a punto de dejar de serlo, y aunque vagos por la incuria estructural del Régimen, no han sido nunca tontos. Tras el aterrizaje de la avioneta en Moscú, aquello pareció una bolera un sábado por la noche de tantas cabezas como rodaron. Empezando por la del ministro de Defensa, siguiendo por la del jefe de las Fuerzas Armadas, continuando por 2.000 (dos mil) responsables directos e indirectos del ridículo internacional y acabando por gente que pasaba por allí de la que ya no se supo nada, nunca más. Aquí no cae ni el tato porque el ridículo no cuesta ni un voto, pero los rusos trabajan fino estas cosas. Como les pilló de buenas, al adolescente solo le cayeron cuatro años de gracia a trabajos forzados. Como en el chiste ruso de los que mandaban al Gulag: «¿Tú por qué estás condenado a cadena perpetua en Siberia?», «por nada», «imposible: por nada solo te caen cuatro años». El osado piloto alemán hizo gracia a la dictadura soviética, tal vez porque ya iban pasados ese día de 'agüita', y solo lo condenaron por nada.
¿Y a los del vuelo marroquí en España? Como todo lo ilegal nos cae en gracia, mañana en la calle, y con pagas por conceptos diversos, que el dinero público no es de nadie. Pocos vienen. De modo que este es un país que encierra ilegalmente cuando le da la gana quien puede hacer lo que le da la gana, y donde entra cualquiera como le da la gana y con el peligro que le salga de los cojones (como si lleva maletines con armas nucleares).
Y no rueda la cabeza de nadie. España son tebeos idiotas para aún más idiotas como usted.
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