El eslabón europeo
Ante la aceleración de desafíos, la UE debe responder. Tiene que reflexionar sobre lo que es y lo que quiere ser
Susana del Río
Experta en la Unión Europea
Miércoles, 5 de febrero 2025, 00:10
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Susana del Río
Experta en la Unión Europea
Miércoles, 5 de febrero 2025, 00:10
Pienso en un eslabón europeo fuerte, ni demasiado grande ni pequeño. Forma parte de una cadena global que está reajustándose respondiendo al tablero geopolítico de nuestro tiempo. Miro con atención la cadena que está redefiniéndose ante la emergencia de un nuevo orden multipolar.
El eslabón ... de la UE está intentando seguir realizando su misión equilibradora, también forjadora. Su ancla es de valores, de democracia, de Estado de derecho, de Mercado Único. También quiere ser relevante en competitividad, en Defensa y Seguridad común. En suma, una unión de valores y orden institucional ante los grandes retos tangibles que debemos afrontar como europeos. La sucesión de acontecimientos se nos echa encima sin casi tiempo para respirar. Ante la aceleración de desafíos, discursos, hechos, la Unión Europea toma aliento. Debe responder. Tiene que reflexionar sobre lo que es y lo que quiere ser. El eslabón europeo es único y necesario.
Recuerdo la cita: «Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil». Se atribuye al filósofo escocés Thomas Reid, siglo XVIII. Reid fue el fundador de la escuela filosófica del sentido común. Pienso en qué necesario es el sentido común siempre, y más aún en esta etapa de turbulencias políticas. El sentido común y la capacidad de tejer transversalidad para avanzar cogidos de la mano. La unión buscando el consenso forma parte de las raíces de la UE, de su propia génesis.
Volviendo al eslabón, hay que fijarlo, engarzarlo bien. Sacarle brillo. Un brillo que no sea ficticio; que sea reluciente pero que no ciegue sino que guíe.
Para que el eslabón europeo tenga su lugar respetado e incluso 'temido' en la geoestrategia actual ante la nueva era que impondrán Trump, China y Rusia, la UE debe contar con resortes para impulsar, canalizar e implementar respuestas. La Comisión Europea ha presentado catorce proyectos para armar las políticas horizontales de la UE y reforzar su estrategia política. El Ejecutivo europeo también ha presentado la 'Brújula de la competitividad' con sus tres ejes clave: industria, empresa e innovación enlazadas a tecnología digital, descarbonización y aumento de la seguridad. Estos retos deberán ir en consonancia con una reducción y simplificación de la carga administrativa. También con una revisión y supervisión continua de un marco regulatorio firme y, al mismo tiempo, más flexible para que no ahogue el tejido empresarial europeo y le permita ser competitivo.
En el plan de competitividad, con sus pilares en el Informe Draghi, será fundamental una renovación del acuerdo insterinstitucional enfocado en la simplificación y mejora de la legislación. La 'brújula' contará con un 'Régimen 28' para la agilización en áreas como laboral y fiscal. Enfocada en estas prioridades, la UE es consciente de que en este 2025 debe comenzar a preparar su financiación futura, el Marco Financiero Plurianual 2028-2034.
Esto en lo que se refiere al eslabón europeo en la cadena de la nueva geopolítica y del orden, a veces desorden, del multilateralismo en el que nos estamos moviendo.
Permítanme que ahora nos centremos en la cadena europea formada por los eslabones que representan a cada Estado miembro. Igual que podemos observar los círculos concéntricos de pertenencia y de gobernanza multinivel, también podemos analizar la cadena mundial con su eslabón europeo y la europea con el nombre de cada Estado que la integra.
El ancla de la UE se amarra a la arena del fondo del mar y sabe zarpar para recargarse de nuevos instrumentos y adaptarse a los nuevos vientos. La cadena del ancla es de hierro forjado, con eslabones reforzados transversalmente con una unión que se llama contrete. Las cadenas cuentan con un eslabón especial.
Observo la Unión Europea, con sus 27 eslabones, su eslabón especial, las instituciones; su ancla, los valores, el Estado de derecho. Y vuelvo a la cita de Reid y a que el eslabón más débil es el que determina la fortaleza de la cadena. Lo importante es que todos los eslabones guarden un equilibrio. Pienso en España y en la nueva comisión del Parlamento Europeo llamada 'Escudo de la democracia'.
En Davos, Donald Tusk nos dijo: «Levantad la cabeza, europeos» y «el futuro está en nuestras manos, no en las del pueblo chino o norteamericano». Ursula von der Leyen ha hablado de «Europa primero» en el plan de la 'Brújula de la competitividad'. De dar prioridad a las empresas europeas.
En la geopolítica todo está interconectado. La UE debe estar orgullosa de su significado, de su anclaje, de su capacidad para navegar.
En la cadena europea, el eslabón español debe ser sólido. Es urgente que aporte estabilidad política. El título de esta tribuna tiene tres 'es', 'El eslabón europeo», sumo tres más. Esperanza. Europa. España.
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