Septiembre del Año del Señor de 1938. El conservador Neville Chamberlain, primer ministro de Gran Bretaña, comparece en los Comunes para dar cuenta del infamante ... pacto de Múnich por el que se le entregan a Hitler los Sudetes, cordillera de Europa Central que se extiende desde Dresde hasta la Puerta Morava, parte de la Baja Sajonia, parte de la Baja Silesia, territorio checo, poblado por una minoría étnica de origen alemán que a partir de ahí es dispersa o masacrada. La mayoría de los diputados aprueba el pacto como una gran jugada del primer ministro para evitar una guerra, satisfaciendo las ansias de expansión del odioso dictador nazi y despreciando la razón de los checos, a los que ni siquiera se invita a la reunión. De los pocos críticos está el también conservador Winston Churchill, que finaliza su alegato de oposición con esta frase que ya es historia: «Habéis elegido el deshonor para evitar una guerra, tendréis el deshonor y la guerra». Poco después Hitler invade Polonia, y Gran Bretaña, fiel al pacto de defensa firmado con los polacos, entra en guerra contra Alemania.

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Sánchez 'El Largo', recién nominado Antonio, haciendo honor a su mendaz estilo, escribe al sultán alauita dando la conformidad del Gobierno a que el Sáhara sea provincia marroquí. Todos los partidos del arco parlamentario, a excepción del sanchista, exigen una comparecencia del presidente para que explique los motivos por los que, con ausencia de consenso y desconocimiento de todos, incluso de sus propios ministros, ministras y ministres, ha cedido ante las ansias expansionistas del sultán marroquí. Sesudos comentaristas andan haciendo equilibrios intentando adivinar el motivo por el que un socialista, cuyo partido lleva en el ADN la autodeterminación del Sáhara y el respeto al pueblo saharaui, se pliega al deseo del sátrapa y le entrega, gratis 'et amore', un rico territorio con buenos recursos naturales, garante, desde su independencia de Marruecos, como salida al Atlántico de naciones vecinas cuya amistad y relación comercial no podemos permitirnos el lujo de perder. No es de extrañar que nadie encuentre la razón de esta y otras decisiones. Don Sánchez, permanentemente, da muestras de falta de cordura, trastornos de personalidad, marcado autoritarismo, pero esta vez, saltándose el mandato de la ONU y el de su propio programa electoral, ha dejado ojipláticos a todos.

Hay quien apunta que, de salir bien, la jugada podría calificarse de maestra. Yo carezco de ese rasgo de optimismo y opino que para España puede ser un desastre. Las cesiones al sultán no han parado: tolerancia, bordeando la ilegalidad, con oleadas de inmigrantes sin papeles, bochornosas subvenciones por matrimonio e hijos, dádivas en medicamentos gratis total, y privilegios en escolarización y comedores, son regalos que no tienen los españoles y de los que gozan los súbditos de Mohamed que les permite, a muchos de estos avispados, vivir aquí sin dar un palo al agua. En Ceuta y Melilla sorprenden además las subvenciones millonarias que se dan a los chiringuitos donde se enseña el dariya, dialecto árabe propio de Marruecos, mientras escandaliza la falta de apoyo del ministro de Interior a las fuerzas y cuerpos de seguridad para control de nuestras fronteras. La bajada de pantalones es permanente y la bochornosa carta del presidente del Gobierno de España, por cierto plagada de errores gramaticales y de sintaxis, haría enrojecer a cualquier español digno. ¿Acaso cree este personaje que la única forma de mantener la españolidad de Ceuta, Melilla y Canarias es arrodillarse así ante el sátrapa? ¿Qué tendríamos que darle al moro si fijara sus ojos en Málaga, Granada o Murcia?

Abandonado por todos los que no maman de su teta, con un Gobierno inútil y a la gresca, las calles clamando, ninguneado por Norteamérica y Europa, 'Antonio' debería estar ya negociando su salida, porque de seguir así las cosas, con un plan de choque falso por tardío, inútil y cicatero, los precios subiendo sin techo, los impuestos al alza y no a la baja, la deuda y el paro creciendo, fracasada su estrategia marroquí, todo se le pondrá peor. Cada día que se aferra al poder España da un paso atrás en su deseada recuperación, y los españoles, que ya no aguantamos más, lo vamos a echar con cajas destempladas por ser el peor presidente de nuestra historia. 'Antonio' Sánchez hace mucho perdió el honor y en breve perderá la guerra política.

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