Alejandro el Magno, en plena campaña bélica en Bactriana, se dio de frente con una inscripción que inspiró toda su eficaz y útil política hídrica. ... Esto fue lo que leyó sobre una piedra: «He obligado a los ríos a discurrir por donde yo he querido, es decir, por los lugares donde fueran útiles. Así he convertido en fecundas las tierras estériles regándolas con mis ríos».

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Murcia es una zona especialmente árida. La falta de lluvias es una constante y para impetrarlas se ha recurrido durante siglos a rogativas, procesiones, romerías y conjuros. Esa escasez ha sido la que ha propiciado el ingenio de los murcianos para aprovechar hasta la última gota de agua, y así, con un singular y muy antiguo sistema de azudes, acequias, norias, ceñas y azarbes, se ha podido convertir en feraces las áridas tierras. Nuestro progreso ha estado ligado al correcto uso del agua disponible. Alfonso el Décimo mantuvo la política hídrica árabe de unir agua a tierra sentenciando que las aguas corrientes son públicas pero las privadas de las acequias deben ser divididas entre sus propietarios por cantidad y tiempo. Esa norma funcionó en las zonas donde el río Segura pasaba cerca y se podía conducir el agua mediante acequias y elevarla mediante norias, pero en las otras comarcas más alejadas la desproporción de agua a tierra regable provocó que se formara un mercado del agua y con él la aparición de una nueva clase social, los aguatenientes, los señores del agua, convertidos en dueños de los pozos y las infraestructuras por donde se repartía el preciado líquido mediante subasta que adquirían, además de fortuna, un poder político inmenso. Hoy don Sánchez se ha erigido en el aguateniente más importante de España, convirtiendo lo del 'Agua para todos' en agua a cambio de votos: en Murcia no me votáis pero en Castilla-La Mancha sí, agua para los amigos.

El calificativo de obra faraónica con el que el diputado del Partido Comunista Ramón Tamames se refirió al Trasvase ha calado de tal manera que el resto de nuestros compatriotas piensa que Murcia es una región privilegiada por los gobernantes sin apreciar que su coste es la inversión más rentable que ha hecho nunca el Gobierno de la nación, tan listos como somos para vender otras cosas y qué necios a la hora de promocionar la importancia nacional de esta necesaria infraestructura.

Valcárcel aceptó con el Memorándum unos mínimos en cabecera, prolegómeno de los recortes de ahora

No voy a repetir, y menos en Murcia, algo tan de cajón como que el agua empleada en nuestras tierras devuelve en mucha mayor proporción que en ninguna otra parte el coste de su inversión en forma de inmejorables productos tan importantes para la riqueza nacional. El coste del Trasvase no ha supuesto para el Estado más que un anticipo de inversión puesto que en la tarifa que a nuestros agricultores se cobra por el agua se incluye una partida para amortización de las obras. ¿Se ha actuado así en las obras públicas realizadas en otras regiones? En aquellas por donde discurre el Tajo se han realizado, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, unas inversiones llamadas de compensación y a fondo perdido. Estaría bien solicitar una relación valorada de las mismas y darle la suficiente divulgación con el fin de callar a los discrepantes e ilustrar a los observantes.

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Conviene recordar a López Miras, al que hay que apoyar en la lucha, que el presidente Valcárcel aceptó con la firma del malhadado Memorándum unos mínimos en cabecera, prolegómeno de los recortes que ahora el poderoso aguateniente de don Sánchez está haciendo; y que el Partido Popular votó en contra de la propuesta de Ciudadanos de eliminar el llamado 'tasazo' aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy que obliga al regante a pagar aunque no haya ni una gota de agua trasvasada.

Desde siempre en esta tierra se ha peleado por el agua y por eso no nos vamos a amedrentar si hay que seguir luchando. Sería bueno explicar de nuevo al resto de los españoles lo que significa el Trasvase y cómo, con el esfuerzo y la pericia de nuestros agricultores, estamos devolviendo centuplicado el préstamo que en su día nos concedieron. Y si, a pesar de todo, hay que pelear por lo que es debido y necesario, quisiera ver a murcianos, alicantinos y almerienses de todos los colores políticos enfrentándose a Sánchez el aguateniente en demanda de lo que por ley y por sentido común nos pertenece.

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