La pregunta del último cuarto
El asedio continúa mientras avanza la bala más lenta
Hay infinitos caminos para matar y, por lo tanto, también para acabar muerto, aunque a lo largo de la historia unos han estado más transitados ... que otros. Hoy, Israel parece decidido a explorarlos todos.
El amplio abanico de técnicas lo ha ido dibujando la torre de denuncias trasladadas por las organizaciones humanitarias desde que arrancara la ofensiva en la Franja tras los atentados de Hamás: de las bombas sobre los hospitales a las lluvias de fósforo blanco, de las incursiones con carros de combate en áreas residenciales a la precisión de los drones, de las ráfagas contra la muchedumbre en un reparto de ayuda a la demolición con 'bulldozers' de edificios habitados.
Este lunes, la lista siguió con la reducción a escombros de una escuela que causó la muerte a más de una treintena personas, de las que 18 eran niños. Un ataque que llega en paralelo al avance de otro más silencioso pero que ha ido haciéndose visible gramo a gramo en los últimos meses, la bala más lenta: el hambre.
Matar a través de una hambruna exige paciencia y no poner la tele, ni leer la prensa, ni escuchar la radio para no dar nunca con las declaraciones de un padre que dice, por ejemplo, «prefiero morir de una bomba que ver a mis hijos hacerlo de hambre»; para no saber tampoco de las palabras que siguen a esas, cuando el hombre explica que procura pasar todo el tiempo que puede en una habitación junto a toda su familia para que, si sucede lo peor y el misil elige su casa, no quede nadie cargando con la pena.
Supongo que hay que evitar también a toda costa cruzarse con nada que te haga pensar en que eso es justo lo que debe esperarle a la niña gazatí que este lunes fue hallada con vida entre los cascotes del colegio bombardeado, a la que alguien tendrá que decirle que bajo el hormigón perdió a sus seis hermanos.
La línea de ceniza sigue avanzando sobre aquellas tierras. Y ya sabemos a qué ritmo va a continuar haciéndolo en el futuro inmediato porque las propias Fuerzas de Defensa de Israel acaban de dar una cifra: en dos meses esperan haberse hecho ya con el 75% de la Franja, para lo que ya se prepara una nueva ofensiva.
Cuántos muertos van a caber en el último cuarto de Gaza es una pregunta que el resto del mundo debe ir haciéndose. Luego, con la estimación en la mano, será posible abordar otra cuestión: si el número, sumado a los más de 53.000 fallecidos acumulados hasta ahora, es ya suficiente.
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