¿Qué panorama muestra el Barómetro Socioeconómico del Observatorio Español de Estudios Demoscópicos de la UCAM? En este artículo vamos a hilar algunos datos para bosquejar ciertas reflexiones, desde el punto de vista demoscópico.

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La natalidad es importante, pero mejor tener hijos tarde y que ... los tengan los demás: más del 70% de los encuestados considera que lo mejor es tener hijos a partir de los 29 años. El fenómeno de descenso del número de hijos por mujer continúa: el número medio de hijos por mujer en España fue de 1,24 en el año 2019, según la estadística Indicadores Urbanos 2022 publicada el 25 de mayo de 2022 por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este dato lo podemos unir a otro también del INE: Lorca (1,61 hijos por mujer), Cartagena (1,47) y Murcia (1,41) se situaron entre los nueve municipios españoles que registraron un mayor número medio de hijos por mujer. Si tenemos en cuenta que la primera ciudad en número de hijos por mujer es Melilla (1,91), podemos aventurar una hipótesis: quizás una sociedad tradicional en valores y religiosidad asentada en un territorio con un fuerte sector agroalimentario tenga algo que ver con que en Murcia todavía tener hijos se considere algo valioso. En esta vida está más unido de lo que parece: tradición e hijos se relacionan.

Complicado tener hijos si no se tiene estabilidad económica y laboral: el factor más limitativo y perjudicial para ser padres, consideran los encuestados de la Región, es la inestabilidad y falta de seguridad en el empleo. Por eso, solicitan acceso a escuelas infantiles y políticas públicas de apoyo a la familia. Tienen razón: el partido y la administración que más demuestren con evidencias claras su apoyo a la familia tendrá más recepción y votos; y las evidencias no son solo equipamientos, infraestructuras y dotación económica para acceso a guarderías; son también medidas claras de lucha contra la precariedad y de fomento de la conciliación, porque si uno no tiene satisfecha la seguridad laboral, ¿cómo le vamos a pedir que invierta en construir una familia?

Sabemos que cada vez hay más ancianos que viven solos, ¿y...? Curiosamente, hay un hecho que destaca, aunque parezca nimio, un 41,7% de los encuestados entre 18 y 30 años dice no conocer a ningún anciano que viva solo, un porcentaje que en el conjunto de la población únicamente alcanza al 25,3% de los encuestados. ¿Esto es significativo? Quizás nada más para reflexionar: los más jóvenes no son conscientes de la soledad y de lo que esta conlleva, quizás porque aún no se han percatado de que la soledad no se escoge, se acepta, sobre todo por motivos económicos o simplemente por ley de vida. Nos gustaría preguntarnos si tiene alguna relación el que cada vez haya menos niños y niñas con que cada vez haya más mayores solos: unos son menos porque simplemente no existen, otros no existen a pesar de que cada vez son más.

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Se sabe qué hacer para mejorar la vida de los ancianos, ¿cómo no vamos a estar de acuerdo?: incrementar las pensiones, convertir la asistencia domiciliaria en un servicio público, crear más plazas públicas o concertadas residenciales... son las tres medidas fundamentales indicadas por los encuestados para mejorar la vida de las personas ancianas. Pero ¿estos tres deseos se pueden convertir en realidad a la vez, o tenemos que priorizar alguno? No sabemos si la sociedad murciana y la española es consciente de lo que significa convertir los deseos en realidad: incrementar las pensiones se hace recaudando más, crear más plazas públicas residenciales supone una decidida inversión pública (¿y qué tipo de solución residencial: macrocentros, viviendas compartidas, tutorizadas por las administraciones públicas, mancomunidades de hogares autoadministrados por los propios mayores...?), crear plazas concertadas implica fijar precios no abusivos y vigilar mediante inspección, y promover la asistencia domiciliaria supone apoyar la creación e incluso financiar a empresas de economía social. ¿Sabemos lo que queremos y qué implica?

Solidaridad de la urgencia: nos tenemos que congratular de que solo un 3,8% de los encuestados sea reticente a acoger asilados ucranianos, pero –y esta es una pregunta fácil– si los asilados no fueran ucranianos y parecidos a nosotros en cultura, religión, color de piel y ojos, ¿los acogeríamos también? No sé... cuando los conflictos están calientes y son cercanos todos nos solidarizamos, pero ¿qué ocurre con los conflictos 'fríos' y distantes como los de Yemen, Siria, Sahel...? ¿Quién se acuerda incluso de donar ayuda económica y material? Quizás Ucrania despierte conciencias y nos haga aceptar que solamente hay un mundo y una única raza: la humana.

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En resumen, podríamos estar peor, pero al menos estamos (por ahora...).

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