Ya queda menos

Como todo es política, me he propuesto hablarles de algo que no lo sea. Es más, aspiro a que este ejercicio de lectura le sirva a usted para conseguir cambiar de tema cuando haya escuchado más el nombre de López Miras que el de su madre y le apetezca variar. Aquí van varias opciones.

Lo primero, el ocio. Series de televisión, plataformas, cine, películas, documentales de La 2 si eso es lo que consume. Mi principal recomendación de la semana es la miniserie 'Love and death' de HBO y 'Reina Carlota' de Netflix, que son dos ficciones sin ninguna carga de profundidad intelectual pero de muy buen gusto, entretenidas, muy bien producidas y que permiten a uno entender que el reparto proporcional de escaños a la Asamblea Regional de Murcia es irrelevante en la vida real, mucho más cuando hay tanta gente matándose y enamorándose en su televisión deseando que usted asista a su desenlace.

Lo segundo, la realeza. Aquí somos súbditos y a mucha honra, porque para ser admiradores de Macron mejor serlo de Carlos III el inglés, que no el nuestro, que por supuesto era mucho mejor. Aun así, centrémonos: Camila Parker Bowles es Reina, Meghan Markle es el ser humano más odiado del planeta Tierra y el hijo pequeño de los nuevos Príncipes de Gales es el niño más simpático del imperio. La simbología era espectacular, qué pena que nosotros nos tuviéramos que conformar con un acto ramplón en el Congreso y no pudiéramos mostrar nuestra pompa.

Lo tercero, el deporte. Viva Carlitos y viva Murcia, qué ilusión el otro día verle en TikTok en un vídeo hablando en perfecto acento murciano sobre su pasión por el tenis. Somos número uno del mundo, oiga. Que aquí cuando gana uno ganamos todos. Pero el deporte es mucho más, y es también Fernando Alonso hablando en español en Estados Unidos, porque cuando uno es líder lo más importante es ejercer como tal. Su vuelta al ruedo es como volver a 2005 pero mejor, porque ahora se puede compaginar la carrera con Twitter y entretiene más. Larga vida al Rey de Asturias.

Lo cuarto, verano. Porque cuando acabe esta pesadilla electoral empezará el descanso real, y los fines de semana en la playa aunque usted ya lleve un par de ellos pensando que en La Manga se está mejor que en Murcia. Dicen que estos días va a caer una tromba de agua infernal en la Región, pero no debería quejarse usted demasiado: ya sabe que de ahora en adelante la sensación térmica va a oscilar entre el choque de aire caliente al abrir el horno para sacar una pizza y una sauna al aire libre. Dios quiera que se acabe pronto o al menos haya muchas piscinas.

Lo quinto, los pasatiempos. Que parecerá una tontería, pero no lo es. Les voy a hacer una confesión ahora que nadie nos escucha. El mejor momento de mi día es abrir el periódico en papel y hacer el sudoku de turno. Es un rato de abstracción de todo, hasta de lo bueno, y de un ejercicio intelectual que mantiene a uno atado al mundo de las ideas incluso cuando esos pensamientos son números que se entrecruzan. Busque un crucigrama y dedíquese a ello, que ya verá el placer.

Lo sexto, y último: usted. Porque en estas dos semanas que quedan de campaña le van a hablar de encuestas, de tendencias de voto, de obras faraónicas y de asfaltar calles que no lo necesitan, de impuestos que se suben, de otros que se bajan, de tonterías y de grandes ideas. Pero todo eso da igual porque al fin y al cabo aquí aún le queda por entender a todo el mundo que lo único que le pedimos a los políticos es que nos dejen un poco en paz.

En fin, le deseo mucha suerte estos días. Ya queda menos. Viva Murcia y viva España.