El pasado miércoles se presentó, en Archena, el libro 'Cartas al amor', una colección de poemas realizados por los alumnos del IES Vicente Medina. La ... dirección del centro había obtenido el compromiso de la Consejería de Educación de participar en la edición del volumen. Una vez que este estaba ultimado, fue remitido a la Consejería con el fin de que conocieran de primera mano el trabajo al que iban a ayudar. Sin embargo, y para sorpresa de los editores, el apoyo económico resultó denegado en el último momento. ¿Las razones para ello? Algunos de los poemas contenidos en el libro hablaban sobre el amor entre personas del mismo sexo. Y, claro está, en el nuevo contexto político en el que nos encontramos en la Región de Murcia, con la Consejería de Educación y Cultura controlada por la ultraderecha libre de Vox, la homosexualidad es una cuestión que hay que sacar a toda costa de las aulas.
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Afortunadamente, el encomiable talante del Ayuntamiento de Archena ha permitido que el libro viera la luz. La compra de cien ejemplares por parte del Consistorio ha permitido compensar la espantada 'in extremis' de la Consejería, por lo que estas 'Cartas al amor' podrán ser leídas en la red de bibliotecas del municipio. Desde un punto de vista estrictamente educativo, que un grupo de alumnos se unan para sacar adelante un proyecto literario –en este caso, un libro de poemas– constituye ya de por sí un hecho tan reseñable que merecería un hueco entre la vulgar y desalentadora actualidad. Pero si, además, dicho proyecto posee un fundamento ético tan elogiable como la expresión, por parte de un grupo de estudiantes, de sus ideas y sentimientos acerca de la diversidad sexual, la empresa adquiere un valor superior. Con frecuencia, se deslizan opiniones despreciativas sobre los jóvenes, que vienen a ser representados como vagos, irresponsables y poco reflexivos. La coyuntura pandémica no ha hecho más que extremar este sesgo, mediante un torrente de acusaciones que los ha situado en el umbral de la criminalidad. Se equivocan quienes piensan así. La inteligencia emocional de las nuevas generaciones es notablemente superior a la de los que le hemos precedido. Solo que hay que saberla gestionar con generosidad y falta de prejuicios. Una iniciativa como el libro 'Cartas al amor' constituye una evidencia irrefutable de que, cuando el alumnado es estimulado y se le involucra en experiencias ilusionantes, responde sobradamente. De ahí que resulte tanto más indignante el hecho de que la Consejería de Educación le haya retirado su apoyo por abordar temas de sensibilización, libertad y respeto de los que ella –más que ningún otro organismo– debería cuidar.
Casualidad o no, 'Cartas al amor' ha sido presentado la misma semana en que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha lanzado un órdago a la Unión Europea al sacar adelante un proyecto de ley que prohíbe el tratamiento de temas relativos a la homosexualidad y el transgénero en las aulas. La noticia ha causado estupor, y gran parte de la prensa española se ha referido a la situación húngara como propia de un país con una deriva totalitaria, intolerable en el marco de derechos y libertades de la Unión Europea. Sin embargo, Hungría no está tan lejos. Aquí, por ejemplo, en la Región de Murcia, la depuración de las aulas de cuestiones atinentes a la diversidad sexual es una realidad que tiene una denominación específica: veto parental. El empeño de los diputados libres o presos de Vox por coartar la libertad de los docentes e interferir en el proceso educativo de los jóvenes mediante la imposición de los prejuicios morales de los progenitores constituye una estrategia política propia del mismísimo Orbán. Y es que la homofobia está instalada en la Consejería de Educación. La propia consejera ha reconocido no tener nada en contra de las relaciones entre personas del mismo sexo, pero oponerse firmemente al matrimonio gay. Lo que, en el lenguaje ultra, equivale a decir que cada uno haga en su casa lo que le venga en gana, pero sin que sus 'anomalías' afecten al orden social e institucional. Yo te respeto siempre y cuando no aspires a tener los mismos derechos que yo. Es lo que podríamos llamar 'tolerancia disfuncional'.
Evidentemente, ningún representante del Gobierno regional reconocerá la existencia de una acción política concreta orientada al vaciamiento de las aulas de cualquier tipo de información relativa a la homosexualidad. En este sentido, la 'pequeña Hungría' actúa de un modo más sofisticado que la 'gran Hungría' del grosero Orbián. En lugar de aprobar proyectos de ley, se valen de la discrecionalidad de los apoyos para priorizar lo decente sobre lo indecente, lo moral sobre lo inmoral. Es muy difícil que un libro editado desde un IES pueda ver la luz sin el correspondiente apoyo institucional, y eso la Consejería lo sabe. De ahí que, ante la imposibilidad de la censura, la única alternativa que quede es la del silencio administrativo, en la esperanza de que cualquier proyecto indeseable muera por inanición. Afortunadamente, 'Cartas al amor' ha visto la luz y, por las razones ahora expuestas, se ha convertido en un acto de resistencia frente a la homofobia y a toda esa caverna que quiere devolver el ideal del nacionalcatolicismo a las aulas.
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