Pepe Fuertes, empresario ejemplar y más cosas

No es persona que guste de alabanzas, pues es de los que están convencidos de que las cosas hay que hacerlas siempre bien o, al menos, de la mejor manera posible

Sábado, 11 de septiembre 2021, 03:00

Hace más de un lustro, concretamente el 25 de abril de 2015, junto a sus hermanos Tomás y Juana, Pepe fue nombrado hijo predilecto del ... pueblo donde nació y que con tanto orgullo representan los tres, a través de su emporio empresarial. Distinción sobradamente merecida, como así lo reconoció por unanimidad la Corporación municipal de Alhama, y no solo por la importancia del empleo y del PIB que generan, sino por la apuesta decidida desde siempre, por su interés en el desarrollo y prosperidad de su pueblo natal. Llevan en su ADN el amor a su tierra y vocación al servicio de Murcia.

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Hoy vamos a referirnos a uno de los tres hermanos, a Pepe, el mayor, con quien hace unos días nos hemos reunido. Es nuestra intención dar a conocer algunos de los valores y fundamentos que sustentan su personalidad, y que merecen la pena conozca la ciudadanía murciana.

Siempre ha preferido mantenerse en la sombra, dejando que sea su hermano Tomás el rostro y la voz de la empresa ante terceros, en la convicción de estar perfectamente representada. La personalidad de Pepe posee una riqueza de matices, que es difícil sintetizar porque siempre dejaríamos algo en el tintero. Defectos tendrá, no cabe duda, pero sus virtudes inclinan claramente la balanza hacia su cara más humana.

Cuando tratas a Pepe, te encuentras con una persona sencilla, serena, con sentido común, bondadosa y sumamente cercana que transmite confianza de forma natural, sin necesidad de tener que adoptar una actitud impostada. No es persona que guste de alabanzas, pues es de los que están convencidos de que las cosas hay que hacerlas siempre bien o, al menos, de la mejor manera posible. Así se lo enseñaron y toda su vida ha tratado que fuese su bandera. Algunos de los rasgos que le caracterizan son su capacidad de reflexionar sobre las distintas alternativas, su prudencia en la toma de decisiones y sobre todo su responsabilidad.

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Nos ha relatado algunas vivencias de su niñez. Desde los ocho años alternaba sus obligaciones escolares con la ayuda a sus padres, primeramente en el campo y después en la pequeña tienda de comestibles que regentaban en una calle del pueblo donde había un pozo. Comercializaban, además, los productos obtenidos de la matanza de cerdos, que elaboraban ellos mismos. Empezaron con el sacrificio de uno semanal. El primero se lo compraron al abuelo de la que, posteriormente, fue su mujer. Después, conforme la demanda crecía, abrieron dos tiendas más y, consiguientemente, el número de cochinos sacrificados. La clientela se extendía por los pueblos cercanos, hasta la vecina Almería, aunque su principal clientela radicaba en Alcantarilla.

El maestro de su pueblo, don Natalio, del que tan buenos recuerdos guarda, por las tardes alternaba su actividad docente con la comercial. Colaboraba con ellos en la venta de las salchichas, longanizas, sobrasadas, etc. que fabricaban. Les insinuó que lo idóneo sería hacer una fábrica de embutidos, ya que la demanda continuaba creciendo de forma exponencial por la calidad de los elaborados.

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Antonio Fuertes, su progenitor, no lo dudó, solicitó permiso a la Administración para su instalación, aunque albergaba escasas esperanzas de conseguir una respuesta positiva, pero, sorprendentemente, al poco tiempo llegó la notificación de la concesión. No pasaron muchos días, cuando decidieron adquirir un terreno de unos ochocientos metros, empezándose a gestar la realidad del imperio que es hoy, tras conseguir la financiación correspondiente.

Pepe, que cuenta ya 85 años, está casado con Carmen Gómez, su primera y única novia, de su mismo pueblo, madre de sus cinco hijos, que le han dado once nietos de momento. Su familia ha sido y es su estandarte y pasión. Ha sido un padre exigente, tratando de inculcarles sus propios valores, sobre todo la importancia del esfuerzo y tesón.

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Se presenta todos los días en la empresa como un directivo más, siendo responsable de la producción y del conglomerado que ello comporta. Genética, granjas, alimentación, engorde, etc. de los catorce mil cerdos que la industria sacrifica diariamente. La experiencia conseguida y la entrega que siempre le ha caracterizado en beneficio de su empresa han conseguido que se le reconozca como una de las personas a las que internacionalmente se les acredita un mayor conocimiento de la industria porcina, aunque él, con su modestia habitual, rehúya estos elogios.

Desde un principio, alternó el trabajo con su formación continua, teniendo la convicción de que ello era esencial para desarrollar su trabajo. Sus responsabilidades así lo han requerido. Nos causa admiración sus habilidades empresariales y ver con qué pericia desarrolla y ejerce su labor, algo que hemos podido comprobar 'in situ', siendo infatigable, en tanto que nosotros, algo más jóvenes, nos cuesta mantener su ritmo. Su actitud y constante afán de superación actúan como un incentivo para todos los que trabajan a su lado. Despierta y transmite a su equipo el orgullo de pertenencia a la empresa. Realmente, Pepe nos causa admiración por su actividad, algo inusual en personas de su edad.

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Finalmente, Pepe no es indiferente a las necesidades que hoy plantea la sociedad que nos rodea. Entre otras acciones solidarias, destacamos su patrocinio de Proyecto Hombre desde su fundación.

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