El 'pacto Tellado', que no sellado

Habrá lista de consenso. El congreso regional será así un trámite. Dos años patricios de idas, vueltas y revueltas, dos años movilizando, reclutando, organizando para acabar en un triste tuit. Dos años visitando la calle Génova, dos años entrevistándose hasta con el conserje han dado para eso, un simple tuit. La Ayuso murciana se ha evaporado, de momento, en un tuit. Y dejando a sus seguidores una incógnita por resolver: lo que aceptas ahora, por qué no lo aceptaste hace dos años.

'Ayuso'. A la archenera quizá le hayan faltado redaños políticos para ser la 'Ayuso murciana', como la llegaron a presentar algunos medios nacionales. Y lo escribe un servidor que no es sospechoso de no valorarla, apreciarla y de tenerle un especial afecto personal. Vamos a ver qué pasa con las listas de la ejecutiva regional y, sobre todo, vamos a ver quiénes integran la lista popular para las autonómicas. «La engañaran como me engañaron a mí», me cuenta mi enano infiltrado que el expresidente Garre va diciendo por ahí a quien le quiere oír. Vamos pronto, en cualquier caso, a comprobar la letra pequeña de este 'pacto Tellado', que no sellado, y vamos a conocer si Patricia tendrá escaño y apoyos suficiente en la bancada popular del futuro Parlamento regional. Porque esa alternativa sí que tendría muchas derivadas, tú ya me entiendes. Patricia Fernández es algo más que un tuit complaciente y sin el menor atisbo de rebeldía. En este pepé regional, doy fe, hay demasiado aprovechado que cada vez que se barajan alternativas de futuro al poder establecido saca a pasear el falso mantra del partido desunido. Una cosa es un partido unido. Y otra muy distinta es un partido uniformado.

Remodelación. El congreso regional del pepé , ya te lo imaginas, un mero trámite. Y a partir de su celebración en la agenda del presidente López Miras no habrá otra cosa que la remodelación de su Gobierno. En el guion de Tellado, Miguel que no Corín, todo pasa por un nuevo Gobierno. Los gallegos quieren en Murcia un Gobierno sin tránsfugas y se lo han dejado clarinete a López Miras. Por doloroso que le suponga prescindir de quienes le hicieron un extraordinario servicio, el presidente tendrá que reemplazar, probablemente en la segunda quincena de julio, a Isabel Franco, Valle Miguélez y Mamen Campuzano con perfiles de nivel político y de reconocimiento social. En el envite puede que también caiga alguno de sus actuales consejeros como Antonio Luengo (al que se considera muy desgastado) y Díez de Revenga. Como máximo en agosto, nuevo Gobierno al rostro.

Juego. Al final los montes sesudos de San Esteban nos han parido un conejillo. Hacía falta, decían, una campaña para atraer, para fortalecer, para impulsar la imagen turística de la Región. Eligieron buen embajador. Hasta ahí el acierto. Carlicos Alcaraz es apuesta segura como embajador de marca. Pero a partir de ahí, no me jodáis gurús con el invento. «¿Juegas?». Un vídeo cortito de recursos y de contenidos con la pandilla merendando en la playa. Y se quedan tan panchos. Como si la campaña la pagara Eliseo Orenes y sus recreativos. ¿Juegas? Esto no es un juego, perdona que te diga. El Mar Menor no es un juego. Nuestra identidad regional por los suelos no es un juego. A qué coño jugamos. Y encima nos dicen que la campaña juguetona nos ha salido por un ojo de la cara. Millón y medio del ala. ¿Juegas? Yo es que no le veo la gracieta al juego. Porque hace años que en esta región no hay un plan estratégico de la imagen. Porque se funciona más por gracietas y ocurrencias que por la búsqueda del impacto y de la excelencia. Un día va la consejera de turno y decide gastarse un par de kilos en líneas aéreas nórdicas (agárrame esa mosca por el rabo, Cristina). Otro día al consejero del consejero, Paco Lorca, no se le ocurre otra cosa que sacarse casi un millón de donde no hay para premiar a festivales privados que ya van bien surtidos de patrocinios privados. (Agárrame el pasevip, Carlitos-lele). Así no hay manera de que nos tomen en serio, Fernando. Tú veras qué haces, presidente. Pero mucho me temo que la estrategia de recuperación de la imagen turística y de la identidad cultural perdida va por otro lado. O debería ir. Suerte tenéis de que esta oposición ni se entera ni hace demasiado por enterarse. ¿Verdad, Pepe Vélez?