Les confieso que estaba escribiendo sobre las varias Españas eternamente enfrentadas, pero aun con el texto bien avanzado yo mismo me aburría del asunto. Si ... el que escribe se aburre, imaginé que pasaría con quien lo leyera. En esos momentos de duda entre terminar lo que estaba escribiéndoles o no, me llegó el correo de un conocido pidiéndome consejo sobre qué hacer con sus cataratas.

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Recibo a menudo este tipo de consultas y, aunque siempre pido que visiten a su oftalmólogo, suelo repetir algunas ideas sencillas que creo son de ayuda. Ya saben aquello de que el conocimiento es luz y la ignorancia oscuridad. Así que hice de la necesidad de tirar a la basura un texto que no me convencía, una cierta virtud de dejar escritos algunos consejos que, además de serles útiles a ustedes, me sirvan para despachar futuras consultas.

La primera pregunta suele ser: «Tengo cataratas, ¿me opero o no?». Permítanme recordarles un poco la situación. La lente que tenemos dentro del ojo, el cristalino, es muy transparente y flexible cuando somos niños. Con los años, va perdiendo elasticidad, lo que se manifiesta en la vista cansada con la pérdida del enfoque a varias distancias. En paralelo, también va perdiendo la transparencia. Y llega un momento en que esto se traduce en problemas visuales, como el aumento de los deslumbramientos. Una revisión sencilla de los ojos pone de manifiesto esta condición. Le suelen decir que tiene usted un 'principio' de cataratas, o que usted tiene cataratas. La cirugía de la catarata es muy sencilla, dura unos pocos minutos y la recuperación es casi inmediata. Consiste en extraer el cristalino que está opacificado y sustituirlo por una pequeña lentecita artificial, del tamaño de una lenteja, que se inserta por una incisión de pocos milímetros y recupera la capacidad del ojo de formar imágenes en la retina.

Es importante que mantenga su transparencia, para que no le vuelvan a salir unas segundas cataratas

Mi respuesta a esta pregunta es: sí, y cuanto antes mejor. No tiene sentido esperar tiempo con una mala visión que reduce la calidad de vida y aumenta el riesgo de sufrir accidentes. La catarata nunca mejorará, el riesgo de la cirugía es muy bajo y los resultados son normalmente excelentes. Lo dicho, blanco y en botella: opérese ya.

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Como suele ser normal, tras una pregunta, llega la siguiente: ¿qué lente me pongo? Deben saber que existen varios tipos de lentes intraoculares con características distintas. Vamos por partes. Si van a colocarle dentro de su ojo un trocito de plástico, querrá que se quedé allí sin darle problemas al menos durante los siguientes 40 años. Además de tener una probada biocompatibilidad, es importante que mantenga su transparencia, para que no le vuelvan a salir unas segundas cataratas. Si quiere parecer un poco pedante, menciónele a su médico que no quiere lentes hechas con materiales que al tiempo presentan 'glisenings'. Esto es una forma de decir que les aparecen pequeñas burbujitas en su interior que difunden la luz y hacen volver a ver peor.

Lo siguiente es decidirse por un tipo de lente con una óptica determinada. El cristalino que usted disfrutaba antes de que tuviera cataratas era lo que llamamos una lente monofocal. Solo formaba buenas imágenes para objetos situados a una única distancia. Si veía bien de lejos, necesitaba gafas de cerca para leer. Si estaba conforme con esa situación, su lente intraocular puede ser la más simple y económica, la monofocal. Dependiendo de donde se opere, puede que no le pregunten y sea esta la que le implanten. Ya saben, la ley del mercado, la más barata, aunque en este caso, no tiene por qué ser la peor.

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Si usted ha llevado gafas para corregir astigmatismo, debería demandar un tipo de lente que lo corrija y que se llaman tóricas. Si por alguna razón usted no quiere volver a llevar nunca más gafas tras operarse, tiene que optar por otras lentes que le harán rascarse el bolsillo. Les dan el pomposo nombre de lentes 'premium' y forman varios focos para distintas distancias, evitando las gafas de cerca. Como casi todo en la vida, no hay nada perfecto, y estas lentes multifocales generan halos y fenómenos visuales que resultan molestos a algunas personas.

Y siempre viene la pregunta final: «¿Qué lente se pondría usted?». Sin duda, la más fácil de responder. Las 'nuestras', que se llaman 'ArtIOLs', y hemos diseñado para que se comporten como el cristalino joven, permiten buena visión sin gafas a todas las distancias y ángulos. Son únicas, son mejores, son de aquí y, como ven, no tienen abuela.

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