En política, la exageración se espera, se tolera. El presidente de Ceuta ha admitido, sobre la crisis fronteriza, que utilizó «invasión» porque si no subía el tono la cosa iba a quedar en una crisis migratoria más. «Me planteé si utilizaba o no ese término. ... Lo estuve pensando toda la noche». Otra cosa es la mentira, que también se tolera. Sobre el relevo de Abril-Martorell al frente de Indra, dijo Montero la Grande que estaba próximo a finalizar su tiempo como consejero. «Justamente caducaba, estaba ya en el tiempo de finalización de su mandato como consejero, que es condición s ine qua non para acceder a la plaza de presidente. Por tanto, es un relevo en condiciones de normalidad, sin ningún tipo de lectura política». Ya. Y tienen que soltarle 6,3 millones porque su contrato indefinido podía extenderse. Podían mantenerlo como presidente y no tener que indemnizarlo. ¿Pensará Montero toda la noche los rollos patateros que suelta sin pudor?

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