Murcia. Manual de supervivencia

No siempre fuimos una amable pelota de tenis en el terreno de juego nacional, hubo un tío de Cartagena que, en el siglo VII, dijo que la tierra era plana y lo fue hasta 1492, y eso que los griegos ya sabían que era esférica. Nuestra historia nos importa tan poco que ese teólogo visigodo que nació donde ahora está el Teatro Romano junto a sus tres santos hermanos –Florentina, Fulgencio y Leandro–, hoy es San Isidoro de Sevilla. Nos lo dejamos arrebatar todo sin rechistar porque hay una cosa indiscutible: somos muy bien mandaos.

Punto uno: DESTACAR ES MALO. El brillo a veces evidencia el opaco transitar el mundo de las personas sin fantasía. En la vieja medina, las casas tenían fachadas anodinas y hacia dentro albergaban patios y palomares lujuriosamente bellos. Sé así, oculta tu iniciativa como hicieron nuestros ancestros musulmanes. Bueno, si quieres sobrevivir en Murcia llama a nuestros ancestros musulmanes «los árabes» como si fuesen gente de otro mundo. Renuncia a la parte de la historia que no encaja con el relato hegemónico.

Punto dos: NO MOLESTES. Sé disciplinado e intégrate en el orden aún un poco rural de clanes del Reino. Aquí la gente llega arriba cuando no hace locuras, por mucho que merezcan hacerse. Los demás van haciéndolas y no todas salen bien, de manera que si tú tienes la prudencia necesaria de hacer poquito irás ascendiendo. El triunfo en Murcia puede ser como en la mili: que ni sepan que estás y al final llegarás a cabo primero.

Eso lleva a la segunda regla de oro para sobrevivir donde vive el sol. No, no es ir por la sombra para no morir deshidratado ni poner aire acondicionado hasta en el garaje, es determinar muy bien quién manda y seguir su rueda: SÉ OBEDIENTE y recibirás las prebendas en una Región que mantiene el recuerdo romano del orden de las legiones de Escipión. La traición, por otra parte, suele venir muy bien para el ascenso, no olvidemos que al general romano le abrieron una portañica para tomar Qart Hadast y así le puso el nombre de Carthago Nova, porque Roma no paga traidores salvo cuando los paga.

Una vez has llegado al puesto de poder debes pensar si quieres mejorar las cosas o mantener el poder, lo cual nos lleva a la tercera regla de supervivencia: HAZ LO QUE HICIERON LOS ANTERIORES. Alguna cosa hay que hacer, pero recuerda que la máxima aportación del Reino de Murcia a la filosofía universal, después de Ibn Arabí no es Paco Jarauta sino (ya lo he escrito antes) la frase que se le dice al camarero cuando te pregunta que cuánto orujo te pone: una cosa que esté bien.

A estas alturas ya sabes que aquí hay que LLEVAR CHALECO ANTINAVAJAZOS porque tenemos una muñeca especialmente diestra. Si no vas a seguir estos consejos busca un empleo de colador, porque te van a hacer más agujeros que a las vallas de los agricultores para robarles los melones, te van a dejar como a Julio César. También puedes ser Moby Dick: aguanta los arponazos, sigue navegando y, en cuanto puedas, llévate al fondo al capitán Ahab de turno. Escuece pero al final te ríes.

Hay, finalmente, una regla de oro: NO TE QUEJES o te quedarás por el camino porque nadie quiere al lado a Pepito Grillo o a Erin Brockovich luchando por los derechos de nadie. Las cosas en Murcia salen por evolución, porque de alguna manera tiene que acabar saliendo. Finalmente el 'bonus track' de esta lista es oro: SÉ CÓMODO, SÉ ÚTIL. Si los Cohen hubieran hecho 'No es país para viejos' en Murcia se habría llamado 'No es región para porculeros' y Javier Bardem habría ido matando como a chinos a todo el que empuñase una pancarta.

Todo esto es totalmente serio pero aún lo es más no cumplir ninguna de las reglas. Tal vez porque tengo la espalda recauchutada de recibir latigazos sigo vivo sin cumplir ninguna de las normas y otros muchos hacen igual. Son los que de verdad quieren esta tierra, los que alzan la voz contra los errores históricos, los que quieren que nos miremos cara a cara con el resto de españoles, los que desean que esto mole para que nuestros hijos estén aún más orgullosos que nosotros de vivir aquí. Estos consejos son para que uno tire 'palante', pero no cumplirlos es lo que haría que Murcia tirase 'palante'. El inconformismo, la lucha contra la abulia, la denuncia de tragedias como la del Mar Menor... y la ambición de hacer crecer Murcia, porque si todos nos vamos a Madrid esto se va a quedar hecho un solar.

Hay que decir NO, hay que protestar, inventar, iluminar todo lo que se pueda los otros caminos de una tierra inmejorable y bella pero despreciada y adormecida. Si amas Murcia rompe esta página. Pero no antes de leer a mi vecino Manuel Madrid, por supuesto.