La memoria del olvido
Hoy conmemoramos el Día Mundial del Alzhéimer para recordar a todos la importancia de su prevención y la necesidad de tratar de ralentizar su trayectoria
Acaban de terminar las vacaciones de verano para los colegios, y el temor de los padres, profesores e incluso alumnos por no recordar las materias ... dadas es manifiesto. Es una preocupación, sin embargo, minúscula, pues volverán a recordar lo aprendido, con tiempo, esfuerzo y voluntad. Desgraciadamente muchos padres o abuelos de estos niños, no podrán recordar cuándo dejaron a su hijo o a su nieta por primera vez en la escuela. Porque su memoria no dependerá de la ayuda de nadie, ni tampoco de cerrar los ojos para tratar de recordar.
Todos contamos en nuestras vidas capítulos que no nos importaría olvidar. Creo no arriesgarme al afirmar que quisiéramos borrar de nuestra memoria esta pandemia incluso aunque de ella hayamos aprendido muchas cosas. Pero no podemos y, aunque suene 'políticamente incorrecto' decirlo, debemos dar gracias por ello, porque contamos con la suerte de la memoria.
El alzhéimer golpea al enfermo y todo su entorno, que debe asimilar que el olvido se impone frente a acontecimientos que siempre marcaron las relaciones, por ejemplo, familiares. El olvido de un cumpleaños, el despiste a la hora de conocer una cara, o poner azúcar en lugar de sal en la comida de mediodía, se acaban convirtiendo en gestos diarios que nos recuerdan que el alzhéimer se ha impuesto entre nosotros.
Hoy conmemoramos el Día Mundial del Alzhéimer para recordar a todos la importancia de su prevención y la necesidad de tratar de ralentizar su trayectoria. Pero sigue siendo una enfermedad sin vacuna o tratamiento que lo cure.
Desde el Gobierno regional trabajamos en una atención integral de las personas afectadas y apoyamos a las personas cuidadoras en todas las fases de la enfermedad; información, formación y asesoramiento a quienes lo padecen, familias cuidadoras, asociaciones y profesionales implicados en la enfermedad de Alzheimer; sensibilización de la opinión pública, instituciones, entidades y medios de comunicación...
Conocemos esta realidad de primera mano, y como gestores nuestra misión debe enfocarse a la labor de los profesionales y a facilitar la autonomía de los afectados, para que unos y otros se conviertan en compañeros en este viaje. Y cuando no les sea posible interactuar por encontrarse el usuario en las últimas fases de la enfermedad, la familia y sus necesidades pasarán a primer plano.
Desde el Instituto Murciano de Acción Social (IMAS), a través de su Dirección General de Personas Mayores creada hace un año, ponemos a disposición de las personas usuarias todos los recursos, servicios y prestaciones disponibles, en cada área que pueda necesitarlo.
Actualmente, desde el IMAS atendemos a más de 1.000 personas afectadas con esta enfermedad en sus centros de día y residencias de mayores. Además, con la vacunación masiva de los usuarios y trabajadores de todos los centros, estamos atendiendo a los mayores de forma presencial al 100 % de los usuarios conforme al plan de contingencia de cada centro.
Pero queremos mejorar y queremos alcanzar el mejor nivel posible de autonomía personal y apoyar a las familias y cuidadores, y para ello vamos a poner en marcha junto a la Consejería de Salud un grupo de trabajo que, coordinado, continúe garantizando la prestación de estos servicios.
Aspiraciones con las que también queremos llegar a quienes siguen en sus domicilios, a través de los servicios generales que prestamos desde le IMAS, con una mirada específica, trabajando con el usuario y familia cuando aparecen síntomas e indicadores de un posible deterioro cognitivo. Es en ese momento en que detectamos que se presentan indicios de deterioro cuando les entregamos dos guías. La primera hace referencia a la prevención para evitar el avance en el posible deterioro, 'Activa tu mente, Recomendaciones prácticas para mantener tu mente'. Por otro lado, y como apoyo a la labor de cuidado ejercida por los familiares, la 'Guía para personas cuidadoras de familiares con demencia' en aquellos casos en los que ya se ha detectado un deterioro cognitivo que empieza a avanzar.
Toda nuestra atención está a día de hoy centrada en los mayores, un colectivo especialmente vulnerable. Sabemos que algo tiene que mejorar, más aún después del coronavirus. Y está en nuestras manos que el día las personas mayores y sus cuidadores sea cada vez mejor.
De ahí que estemos trabajando en adaptar el modelo de residencia al servicio que recibe el usuario y a potenciar su atención sanitaria. El nuevo Decreto de Mínimos regulará las condiciones que habrán de reunir los centros residenciales y los centros de día para personas mayores de titularidad pública o privada, avanzando hacia un nuevo modelo de cuidados de larga duración y atención, y ajustando a la realidad actual la regulación vigente.
Este gobierno es consciente de que todo esto no cura el alzheimer, y también de que los mensajes que trasladamos con motivo de esta efeméride no son suficientes. Pero aportamos y continuaremos aportando todos los recursos a nuestro alcance para que esta enfermedad se haga lo más llevadera posible para quienes la sufren.
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