No veo en el 'pin parental' un problema, pero tampoco una solución, y sería de agradecer que las miras fueran mucho más amplias y capaces, porque el sistema educativo, desde Primaria al postgrado, requiere de un esfuerzo intelectual que va más allá de un simple pin o de un simple no pin. En cualquier caso, es evidente que el adoctrinamiento, la enajenación y la manipulación están tan imbricadas en las diferentes formas de poder actual, que cada vez resulta más difícil construir verdaderos proyectos de cambio que redunden en un retorno hacia ambos, individuo y sociedad.

Publicidad

La formación actual requiere de un giro completo, pero no de la derecha a la izquierda o de la izquierda a la derecha, sino de abajo a arriba. Y es que seguimos anclados en una educación basada en mirar hacia abajo, en invertir horas y horas de estudio, mirando hacia libros o apuntes, y en ocasiones a pantallas. Nuestra sociedad ha cambiado tanto que nos cuesta ser conscientes de ello. La mejor prueba de esto es que muchas de las personas que han cambiado nuestro mundo, y lo han hecho como ahora es, no consiguieron acabar sus estudios universitarios: ni Bill Gates, ni Steve Jobs ni Mark Zuckerberg consiguieron tener su título académico en la pared.

Frente a esto, mantenemos una enseñanza que solo busca encasillarte y cuanto antes mejor. El Bachillerato, con apenas 15 años, te obliga a elegir ya lo que no sabes si quieres ser, para que cuando decidas -o decidan por ti- qué estudiar en la universidad te encuentres con horas y horas de estudio teórico. Me atrevería a decir que más de la mitad de la teoría que se imparte es prescindible para el desarrollo profesional, y un lastre para el desarrollo personal. Por si no fuera suficiente, cuando acabes, te harán creer que necesitas más títulos, lo que te llevará a invertir en postgrados lucrativos, a los que denominaría 'burbuja' formativa que alimenta a universidades privadas desde hace una década en nuestro país.

Sin embargo, nadie te ha dicho que esto ha cambiado: para disfrutar de 'ser' un buen profesional, en lo que sea, necesitas algo más. Necesitas 'ser' capaz de tener un desarrollo personal en base a habilidades y mejoras continuadas, más allá de conocimientos teóricos fijos e impartidos. Una teoría sobrante que ahora es prescindible en nuestro cerebro, por cuanto que siempre será fácilmente consultable y mejorable con las nuevas tecnologías.

Cambiar el sistema educativo es difícil, pero es una oportunidad enorme. El nuevo modelo debería buscar aunar la mejora personal con la adquisición de habilidades y conocimientos de forma equilibrada. Estudios basados en créditos de elección flexible, incluso intercambiables entre titulaciones, ¿por qué no?; que el alumno elija cómo quiere 'ser' y cómo quiere 'mejorar', cómo quiere crecer y desarrollarse.

Publicidad

Que nadie se engañe, la contratación por titulaciones y notas en el expediente va a desaparecer, y serán las capacidades personales y habilidades profesionales adquiridas las que prevalezcan. El resto será tecnología. Y es que no es cuestión de hacer pin, sino de resetear el sistema operativo, y cuanto antes mejor.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes por 1€

Publicidad