No amigos, esto no es un artículo sobre el día del trabajador ni sobre el día de la madre que, este año, coincidió con el 1 de mayo. Es sobre dicha fecha y la trascendencia que ha de tener en el futuro inmediato de la ... política regional: a partir de ese día, Fernando López Miras, conseguida la reforma de la ley del presidente, no necesita los votos de los tránsfugas. Punto. No habrá modificación de la ley electoral con casi toda probabilidad y puede prorrogar los presupuestos, por lo que ya no necesita aprobar ninguna ley de importancia en la Asamblea Regional. Por tanto, todos los diputados que apoyaron al PP en la moción de censura en contra de las directrices de los partidos por los que concurrieron a elecciones son prescindibles.

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Acojonados. Así están más de uno y más de dos. Y unos más que otros, claro. Dentro del variopinto Gobierno que surgió de aquella fatídica moción de censura ha habido consejeros que han trabajado para el Gobierno sin estridencias, intentando sumarse a ese equipo al que, no nos engañemos, nunca han pertenecido, pero han intentado colaborar y no poner las cosas más difíciles a López Miras. Otros no se han cortado un pelo y han protagonizado incidentes entre ellos, poniendo en un brete la estabilidad del Gobierno y haciendo declaraciones públicas chulescas sobre la importancia de su voto para la continuidad del Ejecutivo. Ese intento de extorsión, ahora que ha cambiado el cuento y que Feijóo no quiere ni oír hablar de tránsfugas, los coloca en una difícil situación.

Golpe de timón. Fernando López Miras va a concurrir a elecciones y necesita dar un golpe de efecto que le permita recuperar credibilidad y desmarcarse del teodorismo a velocidad de crucero. Eso lo puede conseguir de un plumazo prescindiendo de estos tipos que se han comportado, con sus exigencias, extorsiones y frivolités como macarras de polígono. Tiene la excusa perfecta para poner orden en el Gobierno, reestructurar el Ejecutivo y quedar bien con su electorado, que no vio con buenos ojos que unos 'outsiders' pusieran de rodillas al PP con sus humillaciones y tiraran por el suelo la imagen pública de nuestra Región en medios, incluso, nacionales. Hay consejeros que han trabajado sin crear problemas, pero estos que se han pasado de la rosca bien pueden quedar colgando de la brocha. Este golpe de timón permitiría a López Miras desmarcarse del episodio de transfuguismo del que Teodoro García no se cansó de fardar y, a la vez, arrimarse a la doctrina Feijóo que predica la moderación y la determinación a llevar a cabo una buena gestión.

Cambios. Se esperan, por tanto, cambios en el Ejecutivo de cara a afrontar las elecciones del 23 en las mejores condiciones posibles, teniendo en cuenta que el PP sube en las encuestas por el 'efecto Feijóo' y que en Murcia se vota mirando a Madrid. El PSRM de Vélez no despega y no consigue el vuelco en las encuestas que suele asegurar un cambio de líder. Quizá sus reciente bandazos con respecto al Mar Menor y el agua le pasen factura. Hay nerviosismo en el mundo tránsfuga porque se intuyen los cambios y porque tampoco es seguro que quede un año para las elecciones. Hay dos factores que apuntan a que podrían ser antes: el episodio de Sánchez con Bildu y la comisión de secretos oficiales, que muestra ya una debilidad extrema del Ejecutivo que podría acabar en elecciones generales y dos, la posible aparición de encuestas regionales que dieran al PP una mayoría cómoda. Si así fuera, López Miras no dudaría en disolver y convocar elecciones. Una gran parte de lo que suceda depende de las elecciones andaluzas; si Juanma Moreno llegara a ganar sin necesitar a Vox, sería un bombazo. Otra cosa es ver qué resultado obtendrá el PSOE andaluz de Espadas. Como pueden ver, son muchas cosas las que hay en juego y cada proceso electoral autonómico que sale al paso es un nuevo 'match point'.

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La realidad. Y mientras tanto, nuestros dos grandes partidos, metidos ya en una auténtica campaña electoral, se nos despistan en temas vitales como, por ejemplo, el Mar Menor. Ni el PP consigue que cese el vertido de nitratos (competencia autonómica) ni el PSOE drena el acuífero que rebosa (competencia estatal). Teniendo en cuenta que las últimas elecciones se decidieron por 800 votos, a lo mejor, si uno de ellos le echara huevos con lo del Mar Menor, 630.000 firmas lo refrendan, arrasaba en las elecciones, ¿no?

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