Es una percepción generalizada el valor neutral atribuido a las cifras. De ahí la importancia de las estadísticas, realizadas con la pretensión de sustentar verdades incuestionables de validez generalizada. Aplicadas a cualquier contexto y circunstancia, resulta habitual en las noticias gravitar sobre una pertinente entradilla ... de correlato estadístico, para reafirmar su verosimilitud, como desencadenar o justificar acciones determinadas de la gente e influir en hábitos y tendencias de consumo. Recuentos en no pocas ocasiones con visos de originalidad, al tantear aspectos insólitos, curiosos, como la encuesta recientemente publicada acerca del número de calvos por países, nada menos. Indagación esta en la que, de acuerdo con los resultados, los españoles ocupamos la primera posición en el 'ranking'de calvos (referido en concreto a la conocida como alopecia androgénica o masculina, de perfiles diferentes a la mujer.) La deducción es de una precisión numérica encomiable, al aseverar los cómputos que un 44,50% de la población española masculina presenta calvicie en diversos grados. Nos siguen con porcentajes cercanos, muy ajustados, los italianos con un 44,37% y los franceses en tercera posición con el 44,25%. Como se aprecia con una fina exactitud de decimales. Si bien encuestas anteriores realizadas en diferentes países no han logrado establecer, para las comparaciones, una estrategia común que permita establecer conclusiones fiables sobre su prevalencia, ante las sensibles variaciones en los métodos de estudio.
Publicidad
En todo caso asombra cómo se ha podido determinar la metodología del trabajo de campo utilizada. Tal vez los puntillosos encuestadores se hayan dedicado a observar a pie de calle al personal en áreas transitadas. O puede que, estratégicamente situados, a la salida de centros de trabajo, en fábricas, en oficinas, en instalaciones deportivas; o en pueblos y capitales... Ahí quedan múltiples interrogantes sobre las conclusiones a las que se ha llegado. Habría que conocer acerca de las técnicas empleadas en la medida para otorgarles una incuestionable validez científica en cualquier caso y así presumir de ser los primeros en algo, aunque sea esta peculiaridad, con magnitudes contables objetivas, que puedan ser contrastadas, corroboradas por cualquier observador neutral. (Una de las premisas de los trabajos científicos, es la de que su metodología pueda ser reproducible por otros investigadores). No se sabe si es un podio para celebrar o, dadas sus peculiares connotaciones, como destemplado por los concernidos, depende de cómo le vaya la feria a cada cual.
La calvicie puede por diferentes causas despoblar la cabeza de ambos sexos, si bien de forma más destacada en los hombres. La masculina o androgénica es una alteración que comienza tras la pubertad y cuya superficie afectada progresa con la edad. En la mayoría de casos depende de los antecedentes familiares –por factores genéticos hereditarios– y condicionada por las hormonas circulantes en sangre, en concreto los andrógenos, propias de cada sujeto particular. Una pérdida capilar irreversible acentuada por hábitos de vida poco saludables, como por la falta de algunas vitaminas, la contaminación y el estrés de la vida cotidiana. De naturaleza diferente es la alopecia secundaria a enfermedades o en ocasiones de convulsiones anímicas profundas. Esta mengua de pelos en la cabeza lenta, progresiva, inalterable, causa desazón cuando se inicia en edades juveniles. Su impacto sobre el afectado puede causar estrés y angustia, ante la percepción de la propia imagen distorsionada, preocupados por la leve transformación apreciable de la apariencia física –un defecto inexistente– que mueve a recurrir a diversos tratamientos. O a técnicas de camuflaje en lo que el cachazudo Josep Pla llama como el peinado tipo 'ramener', que consiste en dejarse crecer el cabello que se cría en un lugar u otro foráneo de la cabeza –occipital o parietal– y transportarlo, con el cuidado y atención consiguientes, sobre el cráneo entero en forma de crencha. Con verdaderas filigranas en el manejo del peine, en un alarde técnico en trance de desaparecer, como una reminiscencia, ante el empuje de nuevas formas de abordar la calvicie. Gracias a diversos medicamentos –con la llamada de atención de no estar exentos de efectos secundarios–, por lo que su prescripción necesita del asesoramiento de especialistas en dermatología, como al empleo de láser y trasplante capilar. Un trasplante de folículos pilosos como alternativa para lo que es preceptivo que la calvicie sea estable, con una evaluación cuidadosa, informando de los resultados esperables y la necesidad de continuar con el tratamiento médico regular con el fin de obtener resultados de eficacia comprobada. Se dispone pues de alternativas frente a la calvicie, lejos de entrañables anuncios de crecepelos, tenidos como una panacea publicitada con profusión en anuncios de periódicos antiguos, como en casetas de ferias y por buhoneros ambulantes en carretas por las praderas.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.