Cabe aventurar, con elevada probabilidad de acierto, que 'turismofobia' (el corrector insiste en escribirlas por separado) sea una de las candidatas para resultar elegida como palabra del año por la Fundación del español urgente de la RAE. Una designación que suele recaer sobre aquellos términos ... lingüísticos que por su origen, formación o uso han tenido un papel protagonista y suscitan un interés popular relevante. Ocuparía en ese podio filológico inmaterial a ilustres predecesoras de los últimos años: confinamiento, vacunas, polarización... El fenómeno de la masificación turística en un hecho incuestionable y que, en determinados destinos afectados por una descomunal ocupación, parece que ha tocado techo. Se habla en ellos sin ambages de invasión turística. Enclaves de interés monumental, histórico, recorridos ciudadanos, playas y reductos casi vírgenes rurales se han visto de manera creciente abarrotados por multitudes, situación que provoca hartazgo entre los residentes habituales –con las protestas y manifestaciones callejeras consiguientes– por los problemas causados por tan inmoderada masificación. Semejante saturación depara aglomeraciones, colas, atascos, demoras en servicios públicos comunitarios, pisos turísticos, alquileres desorbitados con penosas alteraciones de la convivencia y demás inconvenientes.
Publicidad
La oferta de alicientes económicos agresiva ha cambiado de manera sustancial el paradigma de los desplazamientos colectivos. Ahora son baratos, fáciles y abundantes, como muestran elocuentes imágenes cotidianas de salas de espera en atestadas estaciones de autobuses y trenes, aeropuertos y terminales de barcos, abarrotadas con multitudes pertrechadas con maletas y mochilas en colas infinitas en busca de su destino. Si bien la mayor intensidad hacia destinos turísticos de temporada se produce durante la época veraniega, ya se otean en este inicio de otoño nuevos desplazamientos generalizados por el importante segmento de personas jubiladas.
Este colectivo reconocible agrupado siguiendo la estela de un guía en sus tránsitos ciudadanos necesita consideraciones especiales, por causas apenas contempladas en las guías turísticas, los agentes de viajes o gracias a los reclamos de las autoridades. Y sin embargo son muy importantes a la hora de considerar los posibles problemas de salud, por fortuna con una cobertura generalizada en todo el territorio nacional. Pero no es solo el desarrollo lejos de casa de problemas de este tipo, también cabe tener en cuenta algo más simple como facilitar satisfacer sus necesidades fisiológicas elementales: establecer paradas frecuentes para descansar y estirar las piernas, acomodar una hidratación adecuada con fuentes de agua accesibles en calles y plazas, o establecer refugios sombreados para descansar de sus ajetreados recorridos ciudadanos. Pero, sobre todo, en esta cuestión es esencial la oportunidad para satisfacer las funciones básicas para evacuar sin demasiadas trabas intestinos y vejiga de la orina, un circunloquio para resumir en defecar y orinar. Circunstancia que afecta a muchos viajeros de este segmento por razón de la merma progresiva de la función de sus esfínteres, impelidos con cierta premura y reiteración. Apuros que topan a veces con impedimentos en buena parte de establecimiento hosteleros –para evitar abusos sin contrapartidas– que obligan al usuario a consumir en el local para poder utilizar los aseos, cerrados a cal y canto, previa solicitud de las llaves al responsable. Es una barrera añadida cuando se va con la vejiga de la orina al límite. Más aún cuando en esta urgencia ya casi nos habíamos habituado a franquear la primera puerta disponible del excusado ante una de estas necesidades imperiosas sobrevenidas. Lo digo porque estos accesos se han convertido en ejemplo de la inagotable capacidad de imaginación de los diseñadores, retándose por el más difícil todavía con imágenes jeroglíficas de imposible interpretación campeando en su frontal, para indicar el sexo correspondiente. Lo de 'señoras' y 'caballeros' es un residuo arqueológico, imposible de encontrar en la actualidad, reemplazado por mostachos, chisteras, pamelas o figuras geométricas estilizadas deteniendo momentáneamente el irrefrenable impulso para la micción. Aunque en los nuevos tiempos quizás esto no revista interés.
En lugares con concentraciones masivas se habilitan aseos móviles, escasamente respetada su higiene por los usuarios, amén de deslucir el entorno con su emplazamiento urbano en rincones emblemáticos. Por fortuna, pese a las urgencias, se trata de un colectivo responsable y educado sin las incívicas muestras de descargas alrededor de contenedores o en portales al abrigo de miradas como suele ocurrir sin pudor con mayor reiteración. Con el recuerdo de explícitas prohibiciones municipales de antaño advirtiendo de multas por hacer aguas menores o mayores. De modo que cabe mitigar las carencias que pudiere haber para solventar estos problemas cotidianos como editar, junto a los folletos ensalzando los alicientes, un complemento incluyendo establecimientos digamos amigables. Favores sencillos para tener a punto el cuerpo serán apreciados por los visitantes. Sus fatigadas piernas descansadas, su sed saciada y sus excretas evacuadas de manera rápida y conveniente. Amén.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.