Es momento de balances y recopilaciones sobre aspectos destacados del año. Listas y resúmenes abarcando variopintos temas copan la actualidad informativa en tan abrumadora cantidad que, en aspectos de interés personal, nos vemos desbordados para procesar y estimar su indudable atractivo. Se trata de comunicaciones, ... informes, reseñas y referencias emitidas en prensa escrita como desde pantallas en cualquier momento y lugar, convertidos estos artilugios, de facto, en apéndices naturales como una nueva extensión sobrevenida del cuerpo humano. (Quizás se trate del paso adelante distópico de una evolución humana al límite de sus estructuras materiales, impelida al recurso de prótesis externas para progresar). Sin embargo, esta profusión de artilugios tendría que facilitar ese necesario conocimiento a la par que entretenimiento, observación común de observar al caminar las piruetas para esquivar a una destacada proporción de quienes, en dirección contraria, van con la mirada fija, absortos en sus dispositivos móviles.
Publicidad
Suscita cierta perplejidad que semejante avalancha de datos y su cómoda disponibilidad no se vea reflejada en un conocimiento sobre materias que serían imprescindibles, necesarias, casi elementales, para desenvolverse en el mundo actual, en fundamentos con un lógico atractivo y sobre los que se proyecta una ignorancia supina preocupante sobre lo que nos rodea. De cuestiones informativas como de puro disfrute y entretenimiento, realzados ahora en estos listados de fin de año. Sobre libros, películas, series, hasta acontecimientos relevantes sociales, políticos y deportivos. Como en una deriva amable el singular inventario de récords Guinness anuales, asunto que mueve a la sonrisa, comprobada la capacidad humana para establecer retos que al común asombran por la imaginación de atrevidas marcas. También con recopilaciones sobre ciencia y medicina, con la satisfacción de avances de cariz positivo para alumbrar campos que reafirman la esperanza para mejorar las condiciones de vida.
De entre los logros de mayor significación, señalar los lentos pero continuados resultados eficaces –lentos pero seguros– para tantas variables sobre el tratamiento del cáncer. Junto a la irrupción descollante de la inteligencia artificial en múltiples aplicaciones destinadas a desempeñar un papel significativo en la asistencia sanitaria en un futuro que ya es presente. En una dedicación, la medicina, en la que se reitera la imprescindible necesidad de mantener el contacto humano a salvo de barreras establecidas por los artilugios electrónicos concretada simplemente en prestar atención en esa deseada y reiterada humanización. Con mayúsculas, tanto la que se demanda como la que se presta, la que se fija y la que se otorga. Atención que refleja la facultad de la mente para dedicar la actividad mental, o física, a sostener o cuidar de alguien que precisa mostrar interés, curiosidad, esmero, preocupación al dirigirse a otra persona, con deferencia y escucha atenta.
En el contexto presente hay múltiples estímulos externos necesarios para procesar ideas sobre resultados de análisis clínicos, imágenes radiográficas o cuestiones administrativas, con la carga de trabajo habitual, adobados con correos electrónicos y mensajes que de forma inconsciente tienden a desviar esta atención, con la posibilidad de errores. Señalan los expertos que el acto mental de la atención, con mayúsculas, es un valor añadido de suma importancia al repercutir en desatenciones y descuidos ocupada la mente en atender diversos frentes, sin centrarse en el principal. De ahí el permanente recordatorio, para dispensar un trato correcto en los planes de estudio de las escuelas de medicina, a no descuidar este aspecto con la sugerencia de evitar la dispersión y abstraerse de cuanto no sea el aquí y el ahora.
Publicidad
Así que como enseñanza ejemplar cabe referir el sobresaliente cuento de Tolstoi 'Tres preguntas' cuando al tomar posesión un soberano se interrogó acerca de cómo podría mejorar las condiciones de su pueblo y creyó encontrar la solución de conocer las respuestas sobre: ¿cuál es el momento más oportuno para hacer cada cosa? ¿Cuál es la gente más importante con la que trabajar? Y ¿cuál es la cosa más sustancial para hacer en todo momento? La respuesta de un humilde campesino se lo aclaró, al manifestar que el momento más importante siempre es el presente, el único cuando tenemos la capacidad de hacer algo. Como la persona principal por la que interesarse es la que ahora tenemos enfrente, pues desconocemos si alguna vez nos encontraremos con alguien más. Y la tarea más valiosa es hacer el bien a quien está ahora mismo contigo. Por tanto, cabe en esa llamada de atención redoblar los esfuerzos para adquirir habilidades técnicas y practicarlas siempre, evitando distracciones que menoscaban controlar el problema presente. De igual manera que la atención hay que ser capaz de prestarla para entender las necesidades de los demás y como contrapartida, poder recuperarla en beneficio mutuo y de otros precisados.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.