'¿Quién vencerá?' (1816-1820), de la serie de dibujos de bordes negros de Francisco de Goya. Museo Nacional del Prado
La Vereda del Capitán

Cómo ayudar a un adolescente

Consejos del filósofo José Antonio Marina para arreglar el mundo

Sábado, 22 de febrero 2025, 07:34

Puede parecer imposible, pero se puede ayudar a un adolescente. Lo dice José Antonio Marina, filósofo, escritor y profesor, con más de cincuenta libros, en ... los que podemos llegar a una conclusión: «La suerte de la humanidad depende de que sepamos desarrollar el talento de los adolescentes, su capacidad para resolver los problemas que los adultos no estamos sabiendo solucionar. Son la generación salvadora». ¿Estamos de acuerdo? Absolutamente. Y es, como dice, una gran responsabilidad para todos. Pero, ¿por dónde empezar? En 'El club de los buscadores de soluciones' (Boldletters Editorial) propone algunas de ellas. Por ejemplo, hablarnos mejor («todos nos estamos hablando siempre a nosotros mismos: procura hacerlo animándote a ser mejor»); saber escoger y asumir decisiones («en la vida tenemos que elegir nuestros propios proyectos, porque si no, los elegirán los demás por nosotros»); defender la justicia para lograr la «felicidad pública» («llamamos justicia a la mejor solución de los problemas planteados por la convivencia, porque respeta los derechos de todos»); aceptar y participar de la diversidad («si nos integramos en grupos poco inteligentes, acabaremos también siendo poco inteligentes; por eso es tan importante elegir bien a nuestros amigos»); comprender términos como el de responsabilidad («a todos nos interesa vivir en sociedades inteligentes, porque en ellas se desarrolla más nuestra capacidad de resolver problemas»); cultivar la unidad en vez de guerrear contra lo diferente («los enfrentamientos pueden plantearse como «conflictos», en los que una parte quiere vencer a la otra, o como «problemas» que hay que resolver»); y saberse parte del mundo, que va más allá de uno mismo («el 'efecto mariposa' nos demuestra que actos que parecen insignificantes pueden producir efectos enormes»).

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Y entramos en terrenos peliagudos. ¿Cómo contar con los adolescentes para construir una sociedad más segura y feliz? Marina cree que la felicidad es «bienestar, afecto y progreso», y analiza en este libro dirigido a adolescentes algunos temas que ni los adultos han sido capaces todavía de entender. Por ejemplo, la cuestión del consentimiento sexual. «El consentimiento –escribe el filósofo– es necesario para que unas relaciones sexuales sean éticamente buenas, pero no todo lo que se consiente es bueno. Por ejemplo, el consentimiento no legitima la esclavitud». ¿Nos queda claro? Marina insiste: «El consentimiento tiene límites». Hoy, cuando somos incapaces de dosificar los placeres y cuando el deseo sexual mina nuestra convivencia, cuántos están dispuestos a hacer caso a Marina: «Si dejamos que el deseo nos maneje, no somos libres».

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