No estáis solos

En aquella época poco o nada se conocía sobre el cáncer. La sanidad española todavía era incipiente, y no estaba desarrollada la especialidad de oncología. Fue esta asociación, quien empezó a llenar un hueco del que carecía la sanidad española, haciéndose cargo de los tratamientos de aquellas personas de cáncer con pocos recursos económicos. Pronto se organizó para recaudar fondos suficientes y traer la primera bomba de cobalto a España. Se empezó a costear tratamientos a personas sin recursos, se crearon centros oncológicos y se dotó de equipamientos para el tratamiento del cáncer.

La Región de Murcia no fue ajena a ese proceso. La AECC en Murcia cuenta como primer presidente con el Rector de la Universidad de Murcia, D. Manuel Batlle. Y fue con el Doctor D. Agustín Navarrete, hombre ejemplar y pionero de la oncología en Murcia, cuando esta asociación tuvo un papel relevante y decisivo en el impulso contra esta enfermedad. No sólo le siguieron grandes profesionales, como su actual presidente el Dr. Molina Boix, para luchar contra un enemigo desconocido, sino que fueron apoyados por los enfermos, familiares y voluntarios, creando un ejercito poderoso contra esta enfermedad, el cáncer.

Permítasenos esta alusión bélica, pues popularmente se habla «de la lucha contra el cáncer», que no es otra que la basada en una estrategia global, con sus tres pilares principales: prevenir, detectar y tratar.

Esta enfermedad nos iguala a todos. No discrimina entre ricos y pobres, entre creyentes y no creyentes, entre mujeres y hombres, entre políticos y apolíticos, ni siquiera entre intelectuales o incultos.

Desde el mismo corazón de la Asociación se escucha un latido de compasión, que trasciende las palabras y se convierte en acción, en un compromiso inquebrantable con la humanidad, una oferta silenciosa, pero poderosa, de estar al lado de quienes luchan contra esta devastadora enfermedad. Cada paciente no es visto como un número dentro de una estadística, sino como un ser humano valioso, lleno de sueños y esperanzas, merecedor de todo el apoyo y cuidados, que el mundo puede ofrecerle.

Nos llama la atención una frase del Dr. Navarrete: «el reto de la asociación contra el cáncer es el mismo, que los pacientes y familias sientan que no están solos»

Y no solo es una frase, es una marca a fuego que llevan grabada en la piel todos los voluntarios de la AECC, que con su gran corazón solidario y con su altruismo nos dan un ejemplo a quienes habitamos estas tierras. Son personas anónimas para el gran público, ya que no salen en telediarios o periódicos, pero sin duda alguna son ejemplares y excepcionales como personas. Como ejemplares fueron y son, personas como Diego Cubillana (dep), o Pedro Hernández Caballero, y los 1.453 voluntarios, que realizan labores de acompañamiento, divulgación y asistenciales, estando al lado de los pacientes y familiares durante todo el proceso de la enfermedad.

Esta asociación tan sensibilizada con la enfermedad, inició los primeros programas de detección del cáncer ginecológico, y creó la Fundación Científica para impulsar la investigación, siendo hoy en día uno de los pilares más importantes de la misma, promoviendo el talento profesional y fomentando la investigación en el entorno clínico.

No menos importante es la actividad que desarrollan sus profesionales en la Región de Murcia. Así el equipo de profesionales en psicooncología ha podido realizar numerosas sesiones con pacientes, o el equipo de Trabajadores Sociales apoyando a los pacientes y familiares en las dificultades que se derivan de esta enfermedad, así como el equipo de Cuidados Paliativos, para dar apoyo psicológico y social al paciente y su familia, acompañándole en los últimos momentos de su vida. Para ello, los equipos se desplazan por toda la Región a los domicilios de los pacientes,

Es más que una organización, es un testimonio conmovedor del poder del amor y solidaridad humano, en el que el voluntariado, junto a los profesionales y la investigación constituyen la fuerza motriz que mueve la Organización.

La presencia de los voluntarios en las salas de espera de los hospitales, así como en las casas de los pacientes, crea un entorno de confianza, donde el miedo se disipa y aparece el valor. La labor de los voluntarios se extiende a los familiares de los pacientes, puesto que son conscientes de que el cáncer no solo afecta a los enfermos, sino también a sus seres queridos.

La AECC es un hombro en el que llorar, un oído para escuchar y una mano amiga para ayudar en las tareas cotidianas. Su presencia actúa como un bálsamo sanador, aliviando las cargas emocionales y proporcionando un respiro en medio de las dificultades.

Con su presencia pretende recordarnos que, incluso en los momentos más difíciles, el amor y la solidaridad pueden superar cualquier obstáculo. En un mundo como el que vivimos, lleno de desafíos, esta organización brilla como un faro de esperanza, iluminando el camino hacia un futuro, donde el cáncer solo sea un recuerdo doloroso y el amor y la solidaridad triunfen sobre la enfermedad.

Por todo ello, son merecedores de los mayores elogios y reconocimiento por parte de este grupo de opinión, y hemos querido distinguir a la AECC de la Región de Murcia, con el Premio Espectador del año 2023, por su gran labor solidaria y por todo el bien que hace a esta Región, tan necesitada de este tipo de asociaciones. Nos congratula poder entregarle este Premio a su representante y presidente, el Dr. D. Manuel Molina Boix, que siguiendo los pasos de su antecesor D. Agustín Navarrete, muestra la cara humana y solidaria de la AECC Región de Murcia.