Desde que se implementó la Seguridad Social en la primera mitad del siglo XX, este organismo ha sido el encargado de gestionar las pensiones en ... nuestro país. El objetivo principal de la Seguridad Social es garantizar que las pensiones sean suficientes para permitir a los jubilados llevar una vida digna. En teoría, el dinero para financiar las pensiones proviene de las cotizaciones sociales de los trabajadores en activo. Cuantos más trabajadores haya y mayores sean sus cotizaciones, más dinero habrá disponible para pagar las pensiones de los jubilados. Sin embargo, la realidad dista mucho de ser tan sencilla y favorable.

Publicidad

Uno de los problemas más acuciantes es que el número de trabajadores no aumenta al mismo ritmo que el de los pensionistas. Además, los salarios de los trabajadores, en promedio, no se incrementan de la misma manera que las pensiones. Este desequilibrio entre ingresos y gastos pone en jaque la sostenibilidad del sistema de pensiones. Para paliar esta situación, el gobierno recurre al endeudamiento. Hacienda, que administra los recursos del Estado, concede préstamos a la Seguridad Social para cubrir el déficit y poder pagar las pensiones.

El endeudamiento puede parecer una solución fácil y rápida, pero acarrea serias consecuencias a largo plazo. Los préstamos que obtiene el Estado para financiar la Seguridad Social provienen de inversores que, a cambio, reciben bonos del Estado, es decir, promesas de pago futuro con intereses. Mientras los inversores sigan confiando en la capacidad del Estado para devolver esos préstamos, el sistema puede sostenerse. No obstante, esta situación tiene un límite.

Cuando los inversores perciban que el Estado se está endeudando más allá de su capacidad de pago, podrían exigir tasas de interés más altas para compensar el mayor riesgo, o incluso podrían negarse a seguir prestando dinero. Si esto sucede, el Estado podría enfrentarse a una situación de bancarrota. En un escenario así, el recorte de las pensiones sería inevitable, como ya ocurrió en Grecia durante la crisis financiera, donde el gobierno se vio obligado a reducir drásticamente las pensiones y otros gastos públicos.

Publicidad

La crisis financiera de 2008 y sus consecuencias en España ofrecen una lección ilustrativa. En mayo de 2010, el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero, después de haber negado repetidamente la crisis, se vio forzado a congelar las pensiones y reducir los salarios de los funcionarios públicos. Este ejemplo muestra que el endeudamiento tiene un límite y que, eventualmente, las medidas drásticas se vuelven necesarias cuando se agotan los recursos.

Pedro Sánchez, el actual presidente del gobierno, ha alardeado de estar incrementando el fondo de reserva de las pensiones, alcanzando varios miles de millones de euros. Sin embargo, este aumento no proviene de un superávit de la Seguridad Social, sino de más préstamos. Esta práctica es un espejismo financiero que da una falsa sensación de seguridad sobre la estabilidad del sistema de pensiones. Es como si usted solicita un préstamo al Banco, que tendrá que devolver con sus intereses, y mete el dinero en una hucha.

Publicidad

Asimismo, este Gobierno aprobó la revalorización de las pensiones con el IPC, cosa que a nosotros, los pensionistas, nos viene muy bien, pero esto puede ser pan para hoy y hambre para mañana, porque mantener esta clase de revalorización es prácticamente imposible, a no ser que se tomen medidas drásticas alternativas.

Otro factor que complica aún más la situación es el envejecimiento de la población. La esperanza de vida de los españoles ha aumentado, lo cual es un logro que debería celebrarse. No obstante, esto también significa que más personas están entrando en el grupo de pensionistas y por períodos más largos. Este incremento en la esperanza de vida encarece significativamente la factura de las pensiones, ya que hay más personas que dependen del sistema durante más tiempo.

Publicidad

El gobierno ha propuesto aumentar las cotizaciones a la Seguridad Social como una solución para enfrentar el déficit de las pensiones. Sin embargo, esta medida tiene sus detractores. Aumentar las cotizaciones podría desincentivar la contratación de nuevos empleados y dificultar la creación de empleo, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas.

Los expertos abogan por aumentar el número de trabajadores cotizantes como la solución más efectiva. Esto implicaría diseñar políticas que fomenten la creación de empleo. Reducir las cotizaciones sociales podría ser una estrategia para estimular la contratación y aumentar el número de cotizantes.

Publicidad

Es evidente que nos enfrentamos a una situación complicada con nuestras pensiones. La combinación de una población envejecida, un número insuficiente de cotizantes, y un sistema financiero basado en el endeudamiento es una receta para el desastre. Es imperativo que se tomen medidas a largo plazo que garanticen la sostenibilidad del sistema de pensiones.

1. Reformas Estructurales: Es necesario realizar reformas estructurales que equilibren el sistema de pensiones. Esto podría incluir ajustes en la edad de jubilación, cambios en la fórmula de cálculo de las pensiones y una revisión de las políticas de cotización y aplicar distinta revalorización a las pensiones, en función de su cuantía.

Noticia Patrocinada

2. Diversificación de Fondos: El sistema de pensiones debe diversificar sus fuentes de ingresos. Depender exclusivamente de las cotizaciones y del endeudamiento no es viable. Es crucial explorar otras fuentes de financiamiento, como fondos de inversiones en activos productivos.

3. Fomento del Empleo: Fomentar la creación de empleo debe ser una prioridad. Un mercado laboral robusto no solo aumenta el número de cotizantes, sino que también contribuye al crecimiento económico general. Políticas que incentiven la contratación y la formación de los trabajadores son esenciales.

Publicidad

4. Transparencia y Educación: Es fundamental que el gobierno sea transparente sobre la situación real de las pensiones y eduque a la población sobre la importancia de ahorrar para la jubilación. La conciencia y preparación individual son claves para complementar las pensiones públicas.

En definitiva, nuestras pensiones están en una encrucijada crítica. El modelo actual es insostenible a largo plazo, y se requiere una combinación de reformas estructurales, políticas de empleo, y una mayor transparencia para asegurar un futuro digno para los jubilados. La inacción no es una opción; el tiempo para actuar es ahora.

Publicidad

Los integrantes del Grupo de Opinión 'Los Espectadores' son:

Jesús Fontes, Javier Jiménez, José L. Garcia de las Bayonas, José Izquierdo, Blas Marsilla, Luis Molina, Palmiro Molina, Francisco Moreno, Antonio Olmo, José Ortíz, Francisco Pedrero, Antonio Sánchez y Tomás Zamora.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

El mundo cambia, LA VERDAD permanece: 3 meses x 0,99€

Publicidad