Ala vista de la monstruosidad tan agobiante que está desarrollando el monstruo, se han visto obligados a decirnos, desde los telediarios, que la superficie masacrada ... supone solo el diez por ciento de la isla. Han hecho bien. Porque (tras contemplar tanta lava y ceniza, y respirar gases nocivos) la impresión que teníamos era la de una catástrofe que afectaba a cada centímetro cuadrado de La Palma. Hay que ver cuán eficiente es la Naturaleza cuando decide mostrarnos su cara más fea.

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La diligencia del volcán (tal como nos la muestran los drones) es ya más que excesiva. Ante un desvarío semejante, resulta inevitable pensar en un suceso de futuro, como es el cambio climático, de proporciones planetarias. Nos asusta, mientras nos solidarizamos con los palmeros, hasta qué punto podría desmadrarse el mundo. Sobre todo cuando vemos la pachorra (el viejo Biden incluso se durmió) con que los 'grandes' del mundo afrontan lo que ha de venir, en sus reuniones de Roma y Glasgow.

Si se fijáis, casi todas las actuaciones las aplazan a 2030, como diciendo: «¡Tranquilos, que aquí no pasa na!». ¿Acaso fueron granos de anís las cinco mil toneladas de granizo que cayeron anteayer en Bolivia, que alcanzaron un metro y medio de espesor? ¿Y podremos confiar en un Bolsonaro que dice, sobre la deforestación de la Amazonia, que no es de incumbencia mundial, sino meramente brasileira?

Es acojonante, mirando lo de La Palma, la capacidad tan destructiva de eso que llamamos 'los elementos'. Ya no es solo la ardiente lava, con ser mucho, sino esa capacidad de provocar una lluvia de ceniza que lo sepulta todo. Y unos gases tan nocivos que obligan al confinamiento. Casi cinco semanas yendo a peor. Y sin que las ayudas para esta pobre gente lleguen con la misma contundencia de la que sí hace gala el volcán.

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No se preocupen los centenares de turistas que se están desplazando a La Palma estos días, movidos por la curiosidad. Si lo del cambio climático no se encarrila de verdad, pronto tendremos el desastre a la puerta de nuestra casa. Habrá lamentos para todos y cada uno, como se suele decir.

Y a domicilio.

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