Sinkevicius está al loro

Quizás se deba esto a que (en el triángulo Bruselas-Madrid-Murcia) Virginijus ha detectado alguna clase de desajuste colaborativo, pues insiste en que haya entendimiento entre los dos vértices españoles, si quieren que el vértice europeo, o sea Virginijus Sinkevicius, se interese por el enfermo y consiga ayudas que podrían ser buenos consejos, pero mejor aún caudales, para que el Mar Menor recupere sus esencias.

Se deduce de lo dicho que Sinkevicius está al loro. Ahora hace falta que (dejando a un lado a Casado y su Teodoro) Moncloa y San Esteban marquen el mismo paso, sin que la marcha degenere cayendo en el 'paso cambiado', como diría Margarita Robles, la entusiasta ministra de Defensa. Esto significa que, sobre el papel (timbrado, por supuesto) la cosa está debidamente estructurada. Sin embargo, llevamos un tiempo que en que no tenemos noticias...

–¡Ahí, ahí quería llegar yo!

Pues ya hemos llegado. Hablaba de noticias sobre el tratamiento que se le está aplicando al enfermico. Se registra un silencio (que yo no lo veo necesariamente cómplice) acerca de los remedios concreto que a diario se administran a esta casi laguna Estigia de nuestros pecados. ¡Coñe, que no sabemos nadica! Lo cual no responde, así lo veo yo, al apremiante aviso de Virginijus, exigiendo una colaboración más estrecha, cordial y productiva entre las administraciones de nuestro país.

–Lo que se dice medicarle, yo ignoro si lo estarán medicando.

Igual que me pasa a mí. Necesitamos saber si el enfermo está abandonado a su suerte, si andan esperando el resultado de alguna clase de medicación nueva o qué diablos está pasando. Algunos lectores sugieren que se establezca la modalidad del parte diario, como se hace en las guerras. Algo que sin duda vería con agrado nuestro querido Sinkevicius.