Quiénes somos y por qué

Reproducir para el lector la noticia científica me ha salido de un tirón. Ahora vamos a ver si, entre él y quien escribe, somos capaces de elucubrar sobre las consecuencias que traerá el lanzamiento al espacio de ese telescopio tan sensacional. Porque, si todo sale bien, vamos a conocer novedades de las que jamás sospechamos que pudiéramos enterarnos. Mostrarnos el panorama celestial tal como era hace 300 millones de años, viene a ser lo mismo que hacerlo cuando el cosmos estaba recién nacido.

–¿Y usted cree que eso nos va a permitir...?

Perdone que le interrumpa. Los científicos afirman que cuando eso ocurra se hará realidad aquella frase famosa de «cosas veredes», que se contiene como todo el mundo sabe en el 'Cantar de Mío Cid'.

–¡No joda!

Lo que yo le diga. Cuando Rodrigo Díaz de Vivar le dijo a Alfonso VI: «Muchos males han venido por los reyes que se ausentan», el monarca contestó: «Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras». El 'tenedes' fue derivando (como sucede con todo) a 'veredes', y así fue como se lo dijo Don Quijote a Sancho, en el sentido de que vería cosas tan tremendas, para lo bueno y para lo malo, que no se pueden expresar con palabras.

Si el nuevo telescopio no se escoña antes, nos vamos a enterar (la Humanidad como Humanidad y el hombre como hombre) de quiénes somos en realidad. La ausencia de conocimiento ha hecho que los políticos, en el sentido más amplio de la palabra, nos manejen como si fuésemos muñecos, pensando en lo que más conviene a ellos. Aguantemos una miaja más hasta que el telescopio hable. Y entonces será la nuestra.