Ningún enfermo que haya pasado por Cardiología de la Arrixaca se olvidará de Concha, a no ser que se trate de un malnacido. Todo aquel ... que tenga ojos en la cara y haya requerido remedios y afectuosidades (que ambas medicinas curan) de corazón a corazón, le estará por siempre agradecido. Los jóvenes de ahora siguen la moda de servirse de la palabra súper con demasiada asiduidad. Y han terminado por devaluar el término. Todo es súper: el mojito, la peli, el pato a la naranja, el muchacho del pupitre de al lado, el profe mismo... Yo reivindico la palabra súper con toda su significación y oportunidad para referirme a una mujer que parece caída de Cielo. ¡Más súper todavía que el cali!

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Si se diera el caso de un donaire que circula por este perro mundo, ese sería el que exhibe, quizás sin quererlo, Concha Fernández. Ni siquiera Conchita, sino Concha. Con todo el empaque que comporta retirarle el diminutivo. Leonesa recriada en Murcia, exhibe fuerza y nervio, desinterés y afecto, inteligencia y eficacia... No hay momento en que la mires y no esté haciendo algo útil a favor de alguien.

Contaré a modo de anécdota (ya que sus cometidos habituales eran de mayor alcance) que, en llegando al hospital algún paciente de venas finas, escurridizas, de esas que desesperan al pinchador y avergüenzan, fíjate, al pinchado, siempre se acaba oyendo una voz, incluso de planta a planta del hospital, pidiendo: '¡Que venga Concha!'. Y en seguida aparece esa mujer pequeñica, enjuta de carnes y un poco agachada por los años y el trabajo. Coge los trastos de pinchar y, ¡zas!, la sangre fluye contenta hasta los tubos. Y mientras los demás quieren remirarse admirados, Concha ya se ha entregado a otros menesteres.

Nuestra Concha actual era jefa. No podía ser de otra forma dados sus merecimientos. Pero no sabía usar el cargo para fardar. Actuaba siempre como un superior de natural ejecutivo. Su empeño era resolver. Cuanto antes y con buena cara. Si enfermo como estabas, te asomabas al pasillo de la planta, sentías pasar a un ángel con alas en los pies.

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