Somos cada vez más numerosos quienes vamos advirtiendo de la necesidad de poner coto a las falsas noticias ('fake news' se las llama habitualmente). Recientemente, con motivo de los ciento veinte años del diario LA VERDAD escribí sobre lo importante que era tener medios independientes ... y con crédito de los que fiarse para moverse hoy en el mundo de la información en el que las redes sociales convertían en focos de noticias bulos interesados, bien ideológica o bien simplemente por el imperativo de llamar la atención del lector (o visualizador) y conseguir más visitas a una página web con la que obtener un beneficio publicitario. Un modo fácil de confirmar este fenómeno es que se ha hecho imposible saber si lloverá o cuándo lloverá, algo que es de perentoria necesidad para todos, y más en regiones donde que llueva o no llueva, que lo haga mucho o poco, puede ser vital para su economía y supervivencia, como ocurre en la de Murcia. Los lectores de más edad quizá recuerden que Mariano Medina, un no guapo y más bien grueso licenciado en Físicas y experto meteorólogo, hizo popular la sección denominada 'El hombre del tiempo' en la TVE1, bueno en la televisión, pues solo había un canal. Le sucedió, no por vía hereditaria sino porque también era meteorólogo, su hermano, creo recordar que se llamaba Fernando, que, con voz cascada y más simpático, siguió informándonos al final del telediario sobre el tiempo que íbamos a tener. Este último se hizo famoso porque una vez se jugó el bigote si no llovía. No llovió, y apareció al día siguiente con el bigote afeitado, es decir, sin él. Uno había que al menos se jugaba su preciado bigote si acertaba o no. Ignoro qué se jugará esa criatura, jovencito, quizá guapo, de nombre Javier Rey, que a cada tanto anuncia 'Filomenas', DANA y explosivos cambios (ese adjetivo es un reclamo) en el tiempo venidero. Cada vez por cierto más explosivos, conforme el crío tiene más necesidad de que visiten esa página, quizá porque vive de tener un número alto de visitas. Si anunciara que no va a llover menuda noticia sería. Nadie lo visitaría pues no creo que para ningún español, y menos para un murciano, sea noticia que no llueva.

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Lo de que al adolescente Javier Rey te lo encuentres en el móvil un día sí y otro también tiene su origen en que una vez acertó, cuando la borrasca conocida como 'Filomena' llenó de nieve los campos españoles. Y además era un chaval de campo, nieto de campesinos que le enseñaron las cabañuelas (señales proporcionadas por la naturaleza que también conocen huertanos viejos de Murcia). Fueron las cabañuelas durante dos años de no acertar, y son ahora las hormigas, a ver si acertara... Y aquí nos tienes. El motivo más importante de este artículo es el seguidismo o competencia que le hacen a este chico desde la Aemet, de tal forma que hay días en que la ciclogénesis explosiva, lo tremendo que va a venir, lo dice igual que este chico la Aemet (siglas nada menos que de la Agencia Estatal de Meteorología). Aquí es donde viene lo grave: ahora no hay forma de distinguir lo oficial de lo oficioso, la predicción de un espontáneo de la del organismo oficial que quizá haya caído en la trampa de querer tener muchas visitas, o rivalizar en ellas. La consecuencia es nefasta: no hay manera de saber qué va a pasar (salvo que hace mucho calor, y que no lloverá, y que el cambio climático ya está aquí). Y que no hay información seria distinguible de la no seria, o por decirlo de modo históricamente contrastado: no hay quien se juegue el bigote. Así estamos: vendrán más años malos que nos harán más ciegos, que decía Ferlosio en memorable ensayo.

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