Lo más preocupante de los fallos detectados en el último informe PISA sobre el aprendizaje de nuestros estudiantes, informe que permite además comparar resultados educativos de diferentes países, no se deduce esta vez de que haya más o menos dominio de las Matemáticas, de las ... Ciencias de la Tierra, de Geografía o de Historia, sino que se encienda una luz roja alarmante. Al fallar sobre todo la comprensión lectora (los estudiantes no son capaces de entender lo que leen y mucho menos de escribir sobre ello), se pone en cuestión un elemento sistémico, pues llega a afectar tanto a lo cognitivo, como a la capacidad del mismo aprendizaje en cada materia. Dicho de otro modo, no por radical menos cierto (y comprobable por cualquiera que haya sido profesor), estamos asistiendo a una progresiva analfabetización de los jóvenes, pero no porque sepan menos cosas, sino porque están perdiendo las condiciones y capacidad de aprenderlas. Por eso hablo de sistémico. Lo que falla no es tal pieza o tal otra del automóvil sino el motor mismo.
Publicidad
El último informe PISA ha permitido que se publiquen reportajes alarmados tanto de profesores como de ciudadanos. Por una vez, además, la denuncia afecta a otro elemento del sistema: no es seguro que la sustitución febril de la página escrita por la pantalla, también de la memoria por otras habilidades, o la laxa confianza en que el conocimiento proporcionado por las redes o los medios audiovisuales en la enseñanza sea siempre útil. A eso se ha sumado que la pandemia del coronavirus ha destapado evidencias: no siempre en el aprendizaje es sustituible la presencia y la riqueza de contactos entre estudiantes y profesores que proporciona la presencialidad.
Es mucho lo que podría escribir sobre todos estos asuntos. Haber sido profesor en los últimos cincuenta años me ha enseñado tantas ganancias en algunas cosas, como pérdidas en otras. Me concentraré por ello en este primer artículo en un solo asunto. He leído en un periódico el reportaje muy bien realizado sobre declaraciones de algunos de los mejores expedientes universitarios, pues todos los entrevistados habían recibido el Premio Nacional Fin de Carrera, es decir el mejor expediente en diferentes ramas de ópticos, químicos, médicos, lingüistas, biólogos, o estudiantes de Derecho, que de todo hay en los entrevistados, que han constituido una asociación de setecientos miembros. Y hay unanimidad de ellos en denunciar que se está disminuyendo el valor del esfuerzo, y que el sistema está preso de un paternalismo protector, algo que los profesores venimos observando desde que autoridades, administración y padres se aliaron con pedagogos y psicólogos más preocupados por la subida de los índices de aprobados, que por ejemplo el incremento de la comprensión lectora, subida que debería llevar a una reorientación del sistema de enseñanza, entre otras cosas de la orientación tecnificada que muchos profesores de Lengua adoptan confundiendo Lengua y Gramática.
Cuando un profesor (aplicando por cierto las instrucciones de las autoridades y los programas) concede más importancia a que un alumno aprenda la diferencia entre una subordinada causal y una consecutiva fijándose más en eso que en saber expresar en un texto lo distinto que es sentirse desolado, perplejo, asombrado, atónito, sorprendido o incrédulo, hemos fallado. También en no obligarle a sustituir el hegemónico 'estoy jodido' por cualquiera de los matices y sentimientos que pueden expresar la veintena de expresiones alternativas según su sentimiento sea frustración, decepción, indignación, temor o angustia, etc. O a saber argumentar una discrepancia frente a un artículo periodístico. Solo puede remediarlo una enseñanza de la Lengua que permita al usuario conocer su riqueza gramatical en el habla y, no su norma, en los textos literarios donde tal riqueza se explora y gana o en los diferentes discursos en que opera la argumentación de ideas.
Publicidad
Haber perdido batallas como esas, la de ejercitarse en saber leer y escribir, está llevando a que perdamos la guerra del conocimiento, pues sin comprender lo que se lee nada puede conocerse. Estamos rozando otra vez el analfabetismo. El informe PISA enciende una luz de alarma. Los mejores estudiantes entrevistados otra. Quizá llevamos décadas sin haber sabido enseñar, creyendo que el futuro era la máquina, hasta que esta sustituya nuestra inteligencia y nos convierta definitivamente en esclavos.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.