Hoy llueve en Murcia y eso es algo casi extraordinario aquí. En esta tierra en la que vive el sol, el agua de la lluvia ... es algo tan excepcional que muchos no saben bien qué hacer con ella. Así que, con las primeras gotas, se derrumban las certezas de lo cotidiano. La gente mira al cielo con una serena extrañeza, tratando de entender la presencia de las nubes tapando el sol. Todo lo que puede detenerse, se detiene. Se desconvocan las reuniones y se suspenden los desfiles, se cambia el menú del mediodía. El tráfico enloquece y la gente parece haberse enfadado de repente.
Publicidad
Hay muchos tipos de lluvia. Hay una lluvia suave, que empapa las plantas y las alimenta. La lluvia del campo y de la nostalgia. Hay una lluvia manchada de barro, que oscurece el cielo y ensucia los coches. Pero también hay otra lluvia, violenta y despiadada, que arrasa con todo. Que anega y ahoga. La lluvia acaba llegando siempre y no podemos elegirla. No decidimos cuándo va a llover ni cómo. Lo único que podemos decidir es qué hacemos mientras llueve.
Podemos refugiarnos de la lluvia como una excusa para no salir de casa. Para encerrarnos en nuestro cuarto y cubrirnos bajo la manta. Podemos fingir que la lluvia nos impide quedar con un amigo o salir a correr. Como un escudo frente a la posibilidad de pasar una tarde divertida, aprender algo nuevo o conocer a alguien importante. Podemos fingir que la lluvia es la culpable, la razón por la que dejamos de hacer. Pero casi nunca es cierto. La lluvia es lluvia, nada más.
La lluvia es sólo un accidente, algo que ocurre siempre, en cualquier lugar y a todo el mundo. La lluvia no explica ni justifica nada. Y mucho menos a quien la ve caer como algo irremediable. Lo único que nos define es cómo afrontamos los días de lluvia. Decía la escritora Vivian Greene que «la vida no es esperar a que pase la tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia».
Publicidad
La lluvia, en muchas ocasiones, es una excusa que tenemos a mano para evitar afrontar la realidad, que el día es gris, sí, pero que tiene las mismas horas que los días de sol. La lluvia, el frío, el día de la semana, la posición de los astros, el viento de levante. Cualquier excusa puede ser suficiente para decidir que debemos detenernos. Parece que hay más gente tratando de encontrar un fenómeno meteorológico adverso que explique su mal día que personas tratando de encontrar unas buenas botas para salir a la calle a pisar los charcos.
Además, tras la lluvia, el paisaje queda despejado. Y todo parece más fácil. Pero antes tiene que llover. Hace más de 20 años escribí un pequeño cuento que sólo leí yo. Se titulaba 'María, la lluvia y el azar'. Hablaba de María, aquella pareja de Mérida con la que compartí un año de mi vida, un año interrumpido por un viaje trasatlántico que no salió bien. Recuerdo ahora aquellas líneas y lo que sentí entonces. Es algo lejano y confuso, pero fue un raudal de sensaciones de una mujer que llovió torrencialmente sobre mi vida mientras bailábamos la misma música. Cuando se fue, el suelo quedó completamente embarrado bajo mis pies. Pero, al poco, salió el sol de nuevo y brilló con una intensidad que yo no había conocido antes. Y el agua, acumulada durante meses bajo la tierra, alimentó la vida de plantas y flores, que comenzaron a brotar inundándolo todo. Sin aquella agua, todo seguiría siendo un desierto. Por eso sé que la lluvia es buena. Mientras cae, podemos jugar bajo el agua. Cuando cesa, todo es fértil. Sólo hay que esperar a que escampe y, mientras, saber bailar con ella, dejar que te empape. En esas estoy. Bailando bajo la lluvia un tango antiguo, calándome hasta el tuétano mientras aprendo a caminar lento, con el cuerpo ligeramente inclinado, apoyando los talones al caminar, sintiendo cómo avanzo con los ojos cerrados.
El mundo cambia, LA VERDAD permanece: 3 meses x 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Siete años de un Renzo Piano enredado
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.