Pistolero. Pedro Sánchez es un político atípico. A veces incluso genial. Estamos acostumbrados a sus piruetas, a sus vueltas de tuerca y a sus cambios de opinión para disfrazar verdades que luego son mentiras. Y viceversa. El maestro Pérez-Reverte lo define como un ... pistolero de la política y tiene razón, porque es instintivo, atrevido y tenaz. Remedando a nuestro ilustre paisano, habrá que convenir que con los últimos acontecimientos ha sido capaz de vender a su mujer y hacernos creer que ha vendido a la nuestra. Cada día que pasa llegas a convencerte más de que Sánchez trabaja para él y solo para él. Ni partido, ni país, ni la madre que nos parió. Sánchez es suyo y de nadie más. No repara en nada. Si tiene que dejarnos en 'impasse' cinco días, va y lo hace. Y luego nos vuelve a cambiar el guion para renunciar a su renuncia. Encima la gente se lo compra. Sobre todo los suyos. O, mejor dicho, los que se creen suyos. Porque Sánchez no es de nadie. Y nadie debiera ser de Sánchez, en lógica consecuencia.
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Begoña. Se retiró a La Moncloa para reflexionar, dijo, por motivos personales y familiares. Sin entrar en el 'caso Begoña' porque sobran argumentos, alguna noticia sin contrastar y mucha explicación de propia y ajenos, aquello acabó siendo lo que algunos, que algo debemos saber de comunicación, presumíamos: un 'teaser'. Para hacértelo fácil. Te adelanta la peli para llamar la atención, pero sin desvelar la trama. Y la trama viene, ha venido después aunque no parezca de recibo. La regeneración que ahora proclaman Sánchez y sus acólitos se ha convertido en una 'sanchosfera' irrespirable. Jueces y periodistas en la diana. Si entramos por ahí, malo María, porque acabamos poniendo en riesgo nuestro más preciado don. La democracia se sustenta en el control del poder desde la independencia. Y quien ostenta el poder está obligado a ser muy cauteloso. Cuidado con matar a Montesquieu. Cuidado con olvidar que una sociedad sin información independiente nunca es y nunca será una sociedad libre. Por ahí no, Pedro. Aquí a ver quién distingue entre un medio de comunicación y un 'pseudomedio'. Quién reparte los carnés de virtud y pecado.
La factoría de Sánchez ha acuñado un nuevo mantra para esta nueva etapa de atrevimiento: el fango. Un fango enraizado en el bulo. Pero claro, los bulos no son de ahora. No son exclusivos del tiempo de Sánchez. Los hay y los ha habido de todas las maneras y en todas las direcciones. Y no hace falta irse demasiado lejos en el tiempo.
Chavismo. Conviene recordar que en este país se atribuyó a un presidente de gobierno como José María Aznar que había dejado embarazada a una ministra del gobierno francés. Hablemos de daños familiares. Y en suelo patrio se organizó toda una operación de cloacas del Estado para grabarle un vídeo intimo a un periodista de relieve como Pedro Jota Ramírez, cuyas publicaciones eran muy incómodas para el gobierno de turno, que no era precisamente del pepé. Y aquí , en un debate nacional el propio Sánchez no dudó en llamar indecente a Mariano Rajoy. El gallego pudo ser un incompetente en bastantes materias. Pero no un indecente. Y todos estos ejemplos, y otros muchos en ambas direcciones, suponen barro, lodo y fango. Vamos a dejar a los jueces juzgar y a los periodistas informar en libertad. Ese terreno que algunos monclovitas están explorando de quitar publicidad institucional a medios críticos e incluso penalizar a las empresas propietarias está mucho más cerca del caos que de la regeneración. ¿Chavismo en España? No, gracias. Por ahí, Pedro, no pasamos. Por mucho disfraz de Maquiavelo que lleves puesto.
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21. Apunte final. Tema diferente. Guiño de última hora de Feijóo a López Miras y a Buendía (ojo al dato, barones regionales) con la secretaria del Ayuntamiento de Alcantarilla, Maravillas Abadía, hija del conocido abogado murciano, Trino Abadía. Maravíllate, Joaquín, con Maravillas, que en los últimos tiempos se ha reunido varias veces con Fernando antes de dar su salto a la política. Feijóo, además, ha fichado para su lista europea a un ciezano del barrio del Carmen llamado Nicolás de la Parte. Es un 'pata negra' de la diplomacia europea. No en vano ocupó la embajada de España ante la OTAN. Un tipo preparado y con prestigio, que desde hace años frecuentaba la órbita popular. Es talento murciano y de primera magnitud. Sin embargo, me cuenta mi enano infiltrado, ese pequeño tribulete que en todas partes se mete y que en los últimos días ha estado disimulado por la planta séptima de la calle Génova, que va a caer el puesto veintiuno de la lista de Feijóo a la espera de la posición final de Maravillas. Adela Martínez Cachá al final se cayó del cartel. Aunque sigue en el candelabro. Que diría la Mazagatos...
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