Rituales. Fin de semana de 'jalogüín' y de cementerios. Fiesta y ritos con la muerte, incómoda pero también inevitable compañera de viaje. No te creas, nada nuevo bajo el sol. El hombre desde que se reconoce como hombre ha alimentado su experiencia sobre la muerte. ... Si ya en la prehistoria enterraban a sus muertos con sus utensilios, no era por otra cosa que porque intuían que los iban necesitar en la otra vida. Qué no decirte del arte mortuorio egipcio. De las pirámides egipcias y de las pirámides mayas, vaya coincidencia. De las ofrendas y sacrificios en casi todas las culturas, de las celebraciones de los druidas, de los enterramientos con monedas en los ojos para que el barquero cobrara su tránsito. Y no te digo nada de la tradición mejicana que sitúa en un día como hoy, el de los difuntos, a la muerte no como una ausencia sino como una presencia viva. Una fusión entre nuestro legado y las tradiciones de las tribus originarias mexicas, mistecas y zapotecas entre otras.
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Marx. Para no remontarme tanto, ni alejarme tanto, seguro que te acuerdas de las cofradías de la ánimas de larga tradición en muchos de nuestros pueblos, la devoción a las 'ánimas benditas' del purgatorio. O la 'Santa Compaña' tan arraigada en la cultura gallega. En el fondo , si lo piensas bien, tú y yo también participamos en ese ritual de vida en la muerte cuando llevamos flores, símbolo de vida y belleza, a las tumbas de nuestros seres queridos. Somos huidizos porque preferimos vivir de espaldas. Pero al final acabamos comprobando que, como diría el clásico, no hay nada que más despierte que hablar sobre la muerte. 'Señora, discúlpeme que no me levante«. Groucho Marx, genio y figura hasta en la lápida de su sepultura.
Así que en este fin de semana mortuorio que empezó antes de ayer embutiendo a niños en calabazas, peinándolos con palmeras en la mollera, poniéndoles los ojos a la virulé, mas oscuros que la boca de un lobo y encajándoles sendos colmillos draculianos entre los labios; en este fin de semana de panteones y cementerios, no voy a ser yo quien no te hable de la muerte. Quizá porque, como dice un amigo mío, aquel que no está preparado para la muerte, no está preparado para la vida.
Aristóteles. Para hacértelo fácil. Igual esperabas que te escribiera de otra cosa. De los sánchez ,ábalos, koldos, aldamas , begoñas y errejones. O de tramas ocultas, de truhanes que solo pensaban en lucrarse mientras la gente se moría en los hospitales. De tráfico de influyentes o de escándalos de ciertos machirulos feministas que han quedado con las vergüenzas al aire (de ellos y de las que los taparon durante años). No se trata de demostrarte nada porque tú ya sabes que una panda de golfos consigue más negando que Aristóteles demostrando. Se trata de que está la cosa tan chunga ,con estúpidos abriendo debates políticos estériles, cafres e inoportunos mientras los cuerpos de las víctimas yacen bajo el barro en esa DANA que nos tiene enfermos entre tanto horror y tanta vida perdida, que vamos a otra cosa.
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Libros. En este finde de muerte y de muertes, te voy a recomendar dos libros que acabo de leer sobre la vida y la muerte. El primero de ellos se titula 'El niño que se enfadó con la muerte'. Lo escribe Enric Benito, posiblemente el profesional de cuidados paliativos mas acreditado de España. Un especialista en el acompañamiento de moribundos que da las claves para entender y acompañar en el viaje definitivo. La tesis del profesor Benito es que la muerte no es lo contrario de la vida. Es lo contrario del nacimiento. Y que la muerte natural (no la sobrevenida por accidente como las ocurridas en Valencia o Letur) es un proceso natural estructurado y organizado en el que la paz interior y la aceptación juegan un papel decisivo para el tránsito.
El otro libro se titula 'La supraconciencia existe. Vida después de la vida' y está escrito por el cirujano urgenciólogo Manuel Sans Segarra, quien realiza un relato riguroso y documentado, con citas y bibliografía. La tesis de Sans Segarra, todo un descubrimiento en redes a sus ochenta años por su lenguaje, se basa en que todos somos energía. Por tanto, ni se crea ni se destruye. Somos seres holísticos, fractales con una supraconciencia (llámale Dios, Alá, Universo, principio cuántico o lo que quieras) es una fuerza matriz que está también en nosotros y que nos garantiza la vida después de la vida en otra dimensión donde no existe el tiempo lineal sino el circular, es decir, el presente continuo. (El 'yo soy el que soy' bíblico).
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Es curioso que tanto Sans como Benito hayan tenido, en su trayectoria profesional, contacto con las ECM (experiencias cercanas a la muerte) que les hayan marcado. En la línea de Kluber-Ross, Weis o Moody. Las ECM (con su túnel, sus visiones amorosas y sus encuentros con seres de luz), en realidad son tan antiguas y constantes en la historia de la humanidad que ya Platón en 'La República' recoge una de ellas, la del soldado Ur. No te hago más 'spoiler' porque tampoco es el caso. En este finde de muertes y horror, me apetecía hablarte de trascendencia y de vida.
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