Después del 23-J, y cuando Mr. Handsome vio que necesitaba a Cocomocho Puigdemont, sus asesores y el equipo de opinión sincronizada, que no son malos, y que de comunicación saben un huevo, prepararon el nuevo argumentario que sus medios 'amigos' deberían repetir hasta la ... saciedad. La mayoría de la población no pasó por el aro, sabemos que lo de la amnistía es un disparate sin precedentes, pero los fieles que escuchan y leen esos medios han comprado el discurso de manera apasionada, fiel, militante, pese a que viven una realidad paralela que el día a día les desmiente, pero les da igual. El argumentario, no por improvisado, ha dejado de ser efectivo en sus fieles, a saber: lo que pasó aquel maldito 1-O en Cataluña no fue un golpe del independentismo, no, fue culpa, cómo no, del PP. La amnistía es buena porque reconcilia y, como llegó a decirme un amigo del antiguamente denominado PSOE, «los independentistas habían abrazado el constitucionalismo».
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¿Acuerdos? Esta sarta de mentiras ha quedado desenmascarada desde el minuto cero porque los indepes no se han cortado un pelo y han negado la mayor, poniendo en evidencia a sus 'supuestos socios' del Partido Sanchista, pero es que, además, todo esto ha sido para nada. Porque Sánchez se jactaba de que él tenía los apoyos que no tenía Feijóo, que llegaba a acuerdos y que podía gobernar. ¿Acuerdos? ¿Estabilidad? ¿Cuál? ¿Dónde? ¿Cómo? Lo que sí han demostrado esta panda de 'socios' es su habilidad para no llegar a ningún tipo de acuerdo y apuñalarse, además, continuamente entre ellos. Analicemos la calma, la estabilidad, los acuerdos, entre esta jaula de grillos: primero, Barcelona, bloqueada, sin presupuestos. Sin acuerdo. Vamos a Cataluña. ¿Acuerdo? Ninguno, bloqueada y sin presupuestos. Total, Aragonés ha tenido que convocar elecciones. Y para rematar el tercer escenario: España. ¿Acuerdos? Ninguno. El partido sanchista les aprueba la amnistía y ellos no le han concedido unos míseros presupuestos. ¿Qué gobernabilidad es esta, qué estabilidad? La Constitución dice, literalmente, que hay que presentar unos presupuestos, otra cosa es que los ganes, claro. Sánchez ni los ha presentado porque «no hay ambiente». Todo muy serio, muy estudiado, muy fiable para que vengan inversores.
Resurrección. Y por si fuera poco asistir a esta galería de apuñalamientos y traiciones entre 'socios' varios, que parece una historia de reyes visigodos envenenándose y autoliquidándose entre sí, lo peor ha sido el resultado. Otra de las grandes mentiras de los opinólogos de Moncloa era que la amnistía atenuaría a los indepes, que les dejaba sin espacio, que ya no los votaría ni Dios. Esperpéntico ejercicio de adanismo político: durante 40 años se les dio todo lo que exigían y algo más. Crecían, crecían y crecían. Dar cosas al independentismo es como echar fuego a la gasolina. En Europa lo saben y a los suyos no les dan ni la hora. Sólo una vez el Estado español cambió de táctica, cuando el 'procés'. Se intervino la autonomía, se metió en la cárcel a los que violaron la ley y las empresas se fueron. Aquello quedó como una balsa de aceite. Y ahora, Sánchez ha resucitado a Puigdemont y al 'procés'. Es su Frankenstein y Cocomocho, su proxeneta, que le explota y humilla a diario.
Zombies. Tras las autonómicas del 28-M, Mr. Handsome estaba amortizado, con respiración asistida. Convocó generales y tuvo que apoyarse en otro fiambre, Puigdemont, un tío liquidado que era el hazmerreír tras proclamar una República de 30 s, instar a la gente a resistir y meterse en un maletero para huir como un cobarde. No había nadie más friki, más ridículo, más denostado. Y Sánchez casi desde el más allá lo resucitó, y Puigdemont, resucitó a Sánchez. Y como dos zombis insaciables siguen andando por ahí llevándonos a la ruina. Solo que ahora el Estado ha perdido una parte de las herramientas que tenía para defenderse de esta gente. Ya se encargó Sánchez de ello: ya no hay sedición, malversación, se les indultó y ahora, han sido amnistiados. El día en que Cocomocho, como asegura, proclame una nueva DUE, ¿qué hará Sánchez? ¿Irse de España? ¿Cómo va a dejar al antes llamado PSOE? Porque los independentistas no se han arrepentido, ha sido Sánchez el que ha humillado al Estado haciendo como que este represalió a unos simpáticos revolucionarios. Se han venido arriba, los ha alimentado, y lo triste es que si Mr. Handsome fuera a presentarse a la Generalitat le serviría para algo, pero ha olvidado que quiere seguir siendo presidente. De España.
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