No, no se me asusten, que esto no va de rollo sexual sino de la perversión del lenguaje. No es nada nuevo, desde los anales de la Historia, cada vez que el líder totalitario de turno ha querido violentar los derechos de sus ciudadanos o, ... peor, súbditos, ha utilizado un lenguaje engañoso, falso, para disimular que lo que estaba haciendo estaba mal y que era por su propio provecho. Lo hacen para minimizar las críticas de los que no se dejan someter y, sobre todo, para seguir contando con el apoyo de los incondicionales, que son los más engañados. Esto ya lo hicieron, por ejemplo, los líderes de las ideologías que polarizaron el mundo en la primera mitad del siglo XX, el nazismo y el comunismo, que nos llevaron a otra guerra mundial. Estos cabrones provocaron 80 millones de muertos prometiendo el paraíso a la gente, por supuesto, pero eso sí, con palabricas muy bonicas.
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Las sectas. Ya les he recomendado varias veces el visionado del documental 'Wild Wild Country'. Lo tienen en Netflix. En la misma plataforma tiene 'Wac'o, sobre David Koresh y el disparate de los davinianos. También pueden ver 'Antares de la Luz', sobre la secta chilena que, por orden de su gurú, llegó a sacrificar un bebé. Tras ver estos documentales me reafirmo en algo que llevo a rajatabla: no me fijo en lo que la gente dice, o en lo que dicen que hacen, o lo que dicen que son. Me fijo en lo que hacen. Si tú escuchas en 'Wild Wild Country' hablar a Sheela, la lugarteniente de Osho, el líder supremo, y te quedas con lo que decía que hacían en su comuna te preguntas: ¿cómo los locales de Oregón se metían con esta pobre gente? Si te quedas con lo que hacía esta pájara: ordenar homicidios, envenenamientos, drogar a gente, alterar el censo electoral, acumular armas como pa una guerra..... entiendes a los ciudadanos de Antelope, que así se llamaba el pueblo que los sufrió.
Curso de ética periodística. Recuerdo aquel espacio, espectacular, que Juanjo de la Iglesia llevaba a cabo en 'Caiga quien caiga' en el que analizaba titulares más que dudosos y los sustituía por lo que en realidad debían decir. Pues eso mismo debemos hacer los ciudadanos con las que cosas que estamos escuchando de Pedro Sánchez en relación con acallar a la prensa no afecta y dominar a los jueces. Acaba de anunciar que va a aprobar una batería de medidas para «mejorar la calidad democrática». ¡Toma ya eufemismo! España es una democracia consolidada desde hace más de 40 años. Miembro de la UE, es la cuarta economía de la misma y es un país donde, por ejemplo, se ha sentado en el banquillo a la hija del monarca, se condenó a su yerno, un exministro de interior del PSOE fue a la cárcel, un exministro de Economía del PP, Rato, también, y se ha juzgado a presidentes y consejeros autonómicos con resultado de condena como en el 'caso ERE'. No hay que mejorar nada al respecto.
Otro eufemismo. ¿Una ley de prensa? ¿Para qué? ¿Para que Sánchez ponga multas a los medios que no le bailan el agua? Para eso están el Código Civil y el Código Penal, que aseguran que, si un periodista miente o difama, se le demanda y p'alante. Todavía estamos esperando que los Perón del socialismo patrio, Gómez y Sánchez, demanden a El Confidencial y a The Objetive. No lo han hecho. Pues queda claro, ¿no? Manda huevos que hable de regeneración democrática un tipo que tiene a su fiscal general a un paso de su segura imputación por revelar secretos de un ciudadano. No, Pepe el carpintero, no, ¡el fiscal general! ¿Y estos reclaman regeneración democrática? Así que no debemos caer en la trampa y comprar su perversión del lenguaje, las medidas de 'regeneración democrática' significan que Pedro Sánchez no quiere que los jueces investiguen a su mujer, a su hermano y a quien a él le moleste, y son un intento para amordazar a la prensa y que tampoco se puedan contar esas historias que son de interés público. Punto. No es cierto que la ley de amnistía «reconcilie» y que los indepes han 'abrazado' la Constitución, no. Los indepes reclaman el 100% de la financiación, el referéndum, y acaban de pasarse por el forro de los caprichos una resolución del TC que impedía el voto telemático de dos diputados. Todo es por 7 votos. No se dejen engañar por las palabricas, que siempre acaba mal.
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