Macarras

Ayuso. Una vez más nuestra excéntrica Trump castiza la ha liado parda. A propósito, claro, como siempre. Aquellos ciudadanos que entendemos que nuestras instituciones son importantes, sobre todo porque, tras '40 años de paz', nos costó sangre, sudor y lágrimas recuperarlas, nos horrorizamos cuando vemos a estos macarras de la política actuar así. El problema es que les sale rentable porque una gran parte de la ciudadanía no entiende que lo que pasó el 2 de mayo es lamentable y que no pasaría en un país civilizado. ¿Cómo ve esto el ciudadano? Pues si es del PP, que Feijóo debía estar en la tribuna. Y si es del PSOE, que Bolaños debía subir. Esta forma de percibir la realidad provoca que el horrible gesto de Ayuso, que no se debería dar en una sociedad democrática, en lugar de penalizarle le da votos. Increíble, ¿verdad? Ayuso está al borde de la mayoría absoluta y está explotando algo que también ha trabajado mucho el PP en Murcia, el odio a Pedro Sánchez. Y eso, dado el elevado nivel de forofismo de nuestra ciudadanía, funciona. Y es terrible que esta sea la forma de hacer política que da votos.

Sentido común. Si metemos un poco de sentido común, no veo dónde está el problema con que el Ejecutivo decida sustituir a la ministra de Política Territorial por otro ministro. Se hace mucho, invitan a alguien de un gobierno que no puede asistir y, por respeto, te envían a alguien en representación. Ayuso se negó para liarla y Bolaños tampoco estuvo fino. Luego viene la otra parte que muchos fororos no entienden. En la tribuna de esa parada deben estar, por ley, autoridades. Feijóo no es autoridad. Es el presidente de un partido político, punto. No es un cargo del Estado ni de la Comunidad Autónoma. A efectos protocolarios merece tanto estar arriba como el presidente de la asociación de amigos del número siete o el secretario general del partido de defensores del alacrán cebollero. Ayuso impide que suba un ministro y coloca al jefe de su partido. Precioso todo, oye. Ya lo hizo el año pasado cuando Pablo Casado pasó revista, repito, pasó revista, a policías y sanitarios, sin tener cargo institucional alguno. Esta falta de respeto por las propias instituciones de gente como Ayuso hace un daño irreparable a las mismas y termina alentando un desprecio brutal por la clase política que da alas a los populismos. Aunque claro, la política más populista, más trumpista de España es ella.

Bulli bulli interno. Y comienzo a inquietarme, la verdad, los ridículos continuos de Feijóo soltando paridas 'urbi et orbi', carne de meme, comienzan a hacernos ver que no es lo que pensábamos, yo el primero. Y hay quien comienza a afilar la guadaña. Me pareció especialmente preocupante ver a Borja Sémper, 'el moderado', diciendo que «Feijóo sería el candidato a pesar de los resultados del 28-M». Me sonó a 'excusatio non petita'... Pues claro, querido, pero ¿por qué dices eso? Ayuso ya no llega a ir de candidata para diciembre, gracias a Dios, pero hay mar de fondo y no me cabe duda de que si Feijóo perdiera con Sánchez, lo finiquitaban en la misma noche electoral y entraba esta señora que de equilibrada tiene poco y que no respeta ni a las instituciones. Que Dios nos coja confesados.