Cambio de chip

El meteorito. Hace unos años la periodista Rosa Roda hizo la siguiente analogía: «Si los murcianos fueran dinosaurios votarían al meteorito». Me pareció llamativo, no en vano, yo veía, por ejemplo, a ciudadanos que, siendo usuarios de la escuela pública, votaban al partido que la deterioraba día tras día y hacinaba a sus hijos sin dotar de medios suficientes a los centros. Pero entonces llegó Conesa. Ahora, 4 años después, hemos sabido que lo de Conesa fue un espejismo, el sueño de una noche de verano. Ganó porque López Miras no tenía apoyo ni de los suyos y gracias a una situación coyuntural: las vías. La prueba es que teniendo 17 diputados, la fuerza más votada en la Asamblea, su oposición se pudo calificar con un adjetivo: inexistente. Muchos ciudadanos se preguntaban: ¿dónde está Conesa? El sustituto iba a ser José Vélez, al que nombraron delegado del Gobierno para repetir la jugada que hicieron con Conesa. El de Calasparra, nada más llegar, soltó dos declaraciones de esas suyas, dos meteduras de pata tremendas y lo metieron en la nevera más de un año. Ya se veía venir que el PSRM no iba a ser alternativa. El PSRM es un partido que lleva 30 años en la oposición. ¿Se imaginan qué pasaría en un club de fútbol que llevara 30 años perdiendo con el eterno rival? Pues eso. Y no pasa nada. Un miembro destacado del mismo me decía que estaba cansado de ir a las reuniones y ver las mismas caras desde hace tres décadas. Ahora que sabemos que lo de Conesa fue un espejismo, podemos afirmar que ahí hay mucha gente que debería irse a su casa y permitir una renovación real del partido. Si siguen los mismos, la cosa no va a cambiar. El PSRM es como un dinosaurio lento, con el cerebro aletargado por la falta de autocrítica, que va poco a poco hacia el desfiladero y nada ni nadie lo va a poder impedir. ¿Por qué hay pesos pesados que siguen en silencio ante lo que está ocurriendo? ¿Por qué nadie dice que el rey está desnudo? Es evidente que van a la debacle y todos, sumisos, callan.

Los del Más Allá. Podemos se ha dado un hostiazo a nivel nacional y ninguno de sus dirigentes se va. Como decía aquel mal periodista: «Que la realidad no te estropee una buena historia». Ellos siguen con su relato, viviendo de puta madre con su excusa de «nos persiguen» y no piensan irse. De hecho, van a joder la negociación con Yolanda. María Marín le había quitado un diputado a Vélez por su abandono del Mar Menor, podía conseguir un cuarto y se planta en el debate ¡y lo revienta! En una comunidad tan conservadora como Murcia esos son gestos que pasan factura. Se ha quedado en dos. Y lo ven como un éxito. Y ahí siguen, peleados, concurriendo como tres o cuatro siglas sin pasar del 3% provocando que mucha gente no les vote por lo inútil del gesto. Pero nadie se va. Siguen los mismos un año, y otro año y otro, y la gente no les vota. ¿Y qué hacen? Me refiero a unos y otros, a los dirigentes del PSRM y los del Más Allá, pues tirar balones fuera: que si «no hemos sabido comunicar», que si «la culpa es de la prensa» y, lo peor, llamar tontos a los murcianos. Y la verdad es que, si los murcianos llevan 30 años haciendo ganar al PP, es porque en el otro lado no les han presentado un buen candidato/a y un buen proyecto político. Punto.