La amnistía es facha

Igualdad. Por de pronto, la izquierda debe estar a favor de la igualdad de derechos de todos los ciudadanos y no sólo de los de su país, sino de toda la humanidad. Por tanto, promulgar una amnistía que te exime de culpa si lesionas a un policía siendo independentista, pero que no evita que te puedan caer años de prisión por el mismo delito si eres regionalista manchego, del PP, del Partido del Cannabis o apolítico, rompe con el principio de igualdad básico de los ciudadanos achacable a una ley constitucional y será tirado para atrás por los tribunales de la UE tarde o temprano. ¿Es eso de izquierda? ¿Privilegiar a unos ciudadanos en base a sus creencias políticas sobre otros? No, padre, eso es facha.

La Justicia. Crear comisiones parlamentarias 'ad hoc' para juzgar la labor de ciertos jueces que molestan a Cocomocho Puigdemont es una violación flagrante de la separación de poderes inherente a una democracia. A los ciudadanos los juzgan los jueces y no los políticos. Los políticos no pueden juzgar a nadie. Eso es una práctica típica de gobiernos totalitarios, de dictaduras de izquierda y derecha donde los políticos del partido que manda acogotan a los magistrados. Crear ese tipo de comisiones al más puro estilo del comité de salud pública es de dictadores, de antidemócratas, de fachas. Intentar controlar así la Justicia... eso es facha.

La mayoría. Cuando se desarrolla una ley, lo progresista, lo de izquierdas, es intentar que beneficie a la mayoría de los ciudadanos. Los fachas hacen leyes para ellos, para cuatro vivales, para tres amigos del Gobierno que se verán beneficiados. Pero un partido de izquierda debe ayudar a mucha gente, legislar para la mayoría. La amnistía no beneficia a una mayoría. Beneficia primero a Sánchez, que no gobernaría de no ser por ella –algunos opinan que eso rozaría el cohecho–, y luego, a Puigdemont. He leído que el Gobierno y sus altos cargos son 750 personas y los beneficiados de la amnistía unos 1.400. Luego Sánchez está aprobando una ley que beneficia a 2.100 personas sobre 47 millones de españoles. Una ley que no beneficia a 46.998.600 ciudadanos, pero sí a 2.100. Una ley que beneficia sólo a unos pocos. Pues eso, queridos, eso es facha.

La ley del silencio. Cuando todo esto comenzó, Sánchez y sus secuaces criticaban a los que se mostraban en contra de la amnistía porque decían que no se podía criticar una ley que aún no habían leído. Pero en cambio sí que celebraban a aquellos que la halagaban, pero que tampoco la habían podido leer. Durante meses ni mencionó la palabra amnistía. ¿No era tan buena? En la reunión con los socialistas europeos en Málaga ni habló de ella. Qué raro, si era un gran logro social, ¿no? Y sólo al final, en el último minuto, habló de ella aunque en su discurso de investidura tardó hora y media siquiera en mencionarla. ¿Por qué, si era fantástica? Ocultar que vas a hacer una ley, descalificar a aquellos que no están de acuerdo y mantenerla en secreto hasta el último momento en lugar de llevarla en tu programa electoral, es una manipulación 'goebbeliana' sin precedentes. Y eso, eso amigos, es facha. Aprobar una ley que encabrona al 70% de los españoles porque necesitas siete diputados de un tío huido de la Justicia que pertenece a un partido supremacista de extrema derecha no es de izquierdas, no es progresista, no es plural, eso, queridos, es facha. La amnistía es facha.