Biometano y transición energética
La Región tiene una gran oportunidad de convertirse en un referente en la producción de biometano, pero es vital promover un diálogo abierto con la sociedad
La Región de Murcia, con su destacada actividad agroindustrial y su apuesta creciente por las energías renovables, tiene ante sí una gran oportunidad para consolidar ... su liderazgo en la transición energética. Aunque la energía solar y en menor medida la eólica han impulsado de manera significativa la generación limpia, ambas presentan limitaciones que hacen necesaria la incorporación de soluciones complementarias. En este contexto, el biometano, un gas renovable obtenido a partir de residuos orgánicos mediante tecnologías muy maduras y contrastadas, emerge como una alternativa clave para diversificar la matriz energética, impulsar la economía circular y abordar retos ambientales.
Actualmente, el 35% de los 5.469 MW de electricidad generada en la Región de Murcia proviene de fuentes renovables, principalmente gracias al desarrollo de la energía solar. Sin embargo, su producción depende exclusivamente de las horas de sol, mientras que la energía eólica, que aporta un 5%, requiere condiciones específicas de viento que no siempre se cumplen, especialmente en una región con limitadas áreas de altitud y corrientes favorables.
La producción de biometano ofrece una ventaja complementaria: su capacidad para producir energía local de forma constante, sin depender de las condiciones climáticas, aprovechando residuos disponibles, e integrándose en la red de gas natural ya existente, lo que facilita su distribución. El biometano se obtiene mediante la purificación del biogás generado en procesos de digestión anaerobia, en los que residuos como restos de poda, purines o subproductos agroindustriales se transforman en energía. Este enfoque no solo permite la generación de un recurso renovable, sino que además resuelve problemas medioambientales recurrentes vinculados con la gestión de estos residuos. Sin duda, el biometano ayuda a la sostenibilidad del sector agroalimentario dado que los principales residuos agrícolas, ganaderos y de la industria alimentaria se convierten en materia prima para la biometanización. Y más allá de eso, permite descarbonizar los usos térmicos de la industria asociada consumidora de gas.
En Europa contamos con más de 19.000 plantas de biogás. De estas plantas, 2.800 son de lodos de depuradora, 1.600 de basuras del vertedero y 14.600 agroindustriales. Asimismo, existen más de 700 plantas de biometano. Alemania, por ejemplo, cuenta con más de 10.000 plantas de biogás y unas 240 de biometano, muchas de ellas ubicadas en proximidad a núcleos urbanos, donde operan sin generar conflictos con las comunidades locales. Francia, por su parte, ha experimentado un crecimiento acelerado en los últimos años, convirtiéndose en el país europeo donde más rápido se instalan plantas de biometano. Actualmente, inaugura una media de tres plantas de biogás a la semana, incluso en áreas periurbanas, donde sistemas avanzados de gestión garantizan una operación segura y respetuosa con el entorno.
España no es ajena al potencial del biometano, aunque contamos con tan solo una decena de plantas de biometano instaladas sobre todo en Cataluña, y unas 146 instalaciones de biogás. Según un informe elaborado por PwC, en colaboración con Sedigas, nuestro país podría generar hasta 163 TWh anuales, lo que cubriría cerca del 45% de la demanda nacional de gas natural. Además, desarrollar este sector implicaría la construcción de más de 2.300 plantas, con una inversión estimada de 40.500 millones de euros y la creación de alrededor de 62.000 empleos directos e indirectos. La Región de Murcia, con su gran capacidad para generar residuos aprovechables, está especialmente bien posicionada para liderar este esfuerzo de economía circular.
Sin embargo, a pesar de sus evidentes beneficios, las plantas de biometano suelen enfrentarse a aspectos relacionados con su impacto social. Entre las preocupaciones más frecuentes destacan los posibles olores, el aumento del tráfico pesado y los riesgos de contaminación, que son similares a las de otras instalaciones industriales. La experiencia internacional confirma que estas instalaciones no solo son seguras, sino que además pueden operar de manera silenciosa y eficiente. La tecnología actual permite mitigar de forma efectiva estos impactos, gracias a sistemas avanzados de purificación, control de emisiones y planes de integración en el paisaje. La elección de su emplazamiento debe realizarse de forma estratégica, teniendo en cuenta factores como la existencia de buenas infraestructuras de transporte y la distancia adecuada respecto a los núcleos urbanos.
Sin duda, la Región de Murcia tiene ante sí una oportunidad única para convertirse en un referente en la producción de biometano. Pero para aprovechar plenamente este potencial, es imprescindible promover un diálogo abierto con la sociedad, asegurar la mitigación de efectos molestos sobre las poblaciones cercanas, desmontar prejuicios y construir una visión compartida sobre los beneficios de estas instalaciones. Desde una perspectiva económica y de empleo como desde la ambiental, de impulso a la circularidad, autonomía energética y lucha contra el cambio climático, las ventajas son más que contundentes. Es el momento de aprovechar esta oportunidad para la Región.
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