En esta vuelta a la rutina comprobamos que la actualidad sigue dando más de lo mismo. En el mundo todo continúa igual, las guerras perduran, ... la diplomacia no sirve. Biden me ha decepcionado por los intereses creados con su apoyo incondicional a la venta de armas a Netanyahu, colaborando en la gran masacre de inocentes de Gaza. Mientras todos callan, 'el silencio de los corderos' se propaga entre los mandamases. La libertad la controlan los empoderados y poderosos que ambicionan el mundo, basta mirar al victorioso –muy pronto todopoderoso– Trump (quién nos lo iba a decir, ganador por goleada), todo un personaje que se sale de la foto, con esos gestos tan ridículos y lanzando misivas sin parar, para conquistar el globo terráqueo, junto a sus validos tecnológicos multimillonarios (el risueño Elon Musk y el joven prodigio Mark Zuckerberg). Quién lo diría, los tres personajes peculiares para combatir al enemigo. El jefe Trump y los arrimados en busca de protagonismo, al lado del brillante magnate.
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Estamos ante una muestra de servilismo y de 'peloteo'. Algunos dirán que no es para tanto, que es lo que se lleva, que son los signos de los tiempos. Claro que sí, es un todo vale de esta nueva normalidad. Donde, por ejemplo, se justifica que el sistema de verificación de noticias y datos de Facebook o Instagram dejará de apoyarse en agencias oficiales externas, según ha anunciado el presidente de Meta. Las redes sociales de su compañía pasarán a usar un sistema de notas creadas por la propia comunidad de usuarios similar al que usa ya la red social X, lo que hace que cualquier usuario pueda añadir notas y contexto a las publicaciones de otros y, si estas tienen suficientes votos, se mostrarán junto a la publicación original. Se quita la verificación, para recuperar la libertad de expresión, así se vuelve al inicio de la red. ¡Vamos ya!, a ver quién se lo cree. El cambio se debe más al giro dado ante la victoria de Trump, que ha obligado a suavizar las tensiones que existían entre el empresario Zuckerberg y el político y ahora toca seguir sus consignas, para estar protegido, aunque sea por la libertad.
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