Valencia: Sánchez y Robles me aco... ngojan

Si un profesor quisiera explicar a un mozalbete lo que significa la palabra cinismo, solo tendría que mostrar las miserables explicaciones de Sánchez y Robles ante lo de Valencia

Martes, 5 de noviembre 2024, 01:14

En Estados Unidos, donde me encuentro siguiendo las elecciones, los medios de información han tardado en hacerse eco de la inmensa catástrofe de Valencia. Hace ... un par de días, por fin, el 'New York Times' sacaba tres artículos y una fotos elocuentes. En Europa la reacción fue pronta, especialmente en el francés 'Le Monde', que viene publicando constantes y destacadas crónicas sobre la tragedia.

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Para los que tenemos un cierta edad, mucha en mi caso, las fotos conmovedoras nos remontan a los años cincuenta. Más a levantinos como yo. Me crie en el este de Andalucía, hice el bachiller en Orihuela, Derecho en Murcia, mis hermanos se casaron en Valencia y hasta pasé unos breves meses en esa capital en momentos en que pensaba preparar la oposición a notarías. En Valencia había dos reputados preparadores que convirtieron la ciudad en una máquina de hacer notarios.

Viví en Murcia la riada valenciana de 1957. La sociedad murciana se movilizó de forma ejemplar, espectacular. En la universidad hubo cónclaves, manifestaciones para socorrer a Valencia. El régimen de Franco era alérgico a este tipo de algaradas, pero en este caso, como en el de la protesta en 1956 por la entrada de los tanques soviéticos en Hungría para aplastar la revolución popular, las alentó. En una se denunciaba al comunismo, algo favorable al régimen, y en otra se mostraba un formidable solidaridad entre dos regiones de España, algo que todo el mundo aplaudió.

Un joven locutor, Adolfo Fernández, en Radio Juventud, una emisora del régimen, montó un programa muy exitoso haciendo llamamientos y concursos de diverso tipo pidiendo ayuda para Valencia. Su ejemplo cundió, Fernández se deslomó día y noche y hasta la deslumbrante Carmen Sevilla se trasladó a Murcia para dar relieve a la empresa humanitaria. Recuerdo su entrada en la universidad donde yo le tiré mi capa para que la pisara y la foto, con ella con sonrisa luminosa, salió en la prensa nacional.

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El régimen de Franco, transportado por la solidaridad popular, reaccionó con rapidez atacando el mal de raíz y diseñando un impresionante y vital desvío del cauce del Turia que transformó Valencia y evitó, para el que no quiera ser miope, que se repitiera el cataclismo en el centro de la metrópoli con consecuencias previsibles. Para ayudar a costear la obra, impuso la obligación de poner un sello supletorio en todas la cartas y tarjetas postales que circularon durante años. Nadie protestó. Sé que estoy blasfemando contra la memoria histórica, sé que me tendré que confesar, pero el Plan Sur de Valencia, el desvío, así como la paga extra, los inventó aquel Gobierno y no seré yo quien se queje sino todo lo contrario. Y no quiero ahondar en el tema de los pantanos, sobre quién los destruyó y quién se ha cargado varias presas, para que no me llamen fascista contumaz. Pero el tema, como el de los trasvases, exige reflexión.

Lo que nos lleva a la situación actual del Estado de las autonomías y de los reproches entre diferentes administraciones. Si empezamos, dadas la insinuaciones iniciales monclovitas, responsabilizando al Gobierno de Mazón por la supuesta lentitud en la reacción, hay que entrar en el 'y tú mas' y recordar la conducta del Gobierno de la nación en la pandemia: alienta una criminal, por las fechas, manifestación feminista sabiendo que la covid ya galopaba, fabula con un comité de expertos inexistente y miente en la cifra de fallecidos.

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Pero volvamos a este momento. No tengo por qué dudar de la ministra Robles cuando dice que, si tiene que enviar todo el ejército, lo hará. Hoy lo creo. Pero, como se lamentaba Antonio Banderas, ¿por qué la vacilación inicial? ¿Incompetencia? ¿Cálculo político para desprestigiar a un Gobierno del PP? ¿Torpeza ingenua al no percatarse de la magnitud del drama? ¿Necesidad real de planear el despliegue militar adecuadamente?

Uno está dispuesto a aceptar cualquiera de las repuestas. Hasta que me llega a Nueva York un vídeo en el que veo el talante diferente de los miembros del Gobierno ante una catástrofe en Marruecos y la nuestra, ahora aquí. Y uno se queda muerto y cabreado. Sánchez, Robles y los palmeros habituales como Albares se esponjan diciendo que nuestras Fuerzas Armadas actúan con celeridad, fulminantemente, en la tragedia marroquí, hombre, por el amor de Dios, nada de pensarlo dos veces, volamos para ayudar a un país vecino, etc... Sin embargo, en el caso de Valencia, que nos es un pelín más cercano, solo un pelín, la ministra, en un primer momento, probablemente recibiendo órdenes del 'puto amo', remolonea, divaga como una leguleya, sanchinflea...

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Si un profesor quisiera explicar a un mozalbete lo que significa la palabra cinismo solo tendría que mostrar las miserables explicaciones de Sánchez y Robles en su reacción ante lo de Valencia y las que tuvieron en caso similar en Marruecos. Son de bochorno. Sánchez y Robles me acongojan y me aco... jonan. De nuevo, como en los ERE, la amnistía, el cupo catalán... Y lo que veremos.

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