Durante este periodo veraniego supone toda una odisea disponer de prensa en formato de papel. Al menos en nuestro medio. Por lo que se vislumbra, para infortunio de los firmes convencidos acostumbrados a este soporte, una reliquia sin remedio a corto plazo. Tras arduo recorrido, ... una vez conseguido el ejemplar, al ojear tan preciado elemento, suele ser costumbre toparse de vez en cuando con una suerte de informaciones y noticias llamativas, tanto como desconcertantes o asombrosas. Son las conocidas serpientes de verano, si bien en honor a la verdad este método tradicional de informaciones es actualmente raro. Su función un tanto provocativa ha sido desplazado con creces por las omnipotentes y omnipresentes redes sociales, donde todo tiene cabida. El reparo a estas tradicionales serpientes informativas en caso de referirse a cuestiones controvertidas puede suscitar interés y la curiosidad, lo mismo que levantar falsas esperanzas.

Publicidad

En las informaciones sobre asuntos de salud es crucial extremar la precaución al publicar los contenidos, si bien, por descontado, no siempre las noticias al calor de la canícula cabe catalogarlas bajo el epígrafe, con las premisas expuestas, de serpientes. Pero eso sí, exigen una reflexión más profunda para no defraudar expectativas en el profano. Porque, en general, suelen hacer referencia al prometedor desarrollo de métodos novedosos, que suponen un cambio para remediar enfermedades hasta ahora irreversibles, casi siempre relativas al cáncer. Se difunde la convicción de terapias excelentes, como si se tratara de algo de aplicación inmediata. En ellas se hace énfasis en cuestiones que, por el momento, al menos en las de mayor seriedad en sus contenidos, suponen tímidos avances, en esa ardua tarea de desentrañar los arcanos que subyacen en la intimidad de la biología molecular profunda. Su aplicación queda reservada, en el mejor de los casos, a años de pacientes investigaciones, antes de poder ser una realidad de aplicación universal.

Es obvio que la salud es la principal preocupación de las personas. Este interés reflejado en los medios de comunicación se centra en buena medida en repetir, de forma machacona, aspectos para prevenir el desarrollo de enfermedades –una tarea incansable de grandes réditos colectivos– sobre hábitos de vida saludables. Con ello divulgan conceptos y puntos de vista de fácil comprensión, basados en consensos aceptados por la comunidad científica, lo que de alguna manera suaviza el impacto de las redes sociales, donde cada cual emite sus opiniones sin filtro ni control. En esta misión suplen una carencia llamativa en nuestro sistema educativo, sobre una cuestión tan esencial como es la educación sanitaria.

En las informaciones sobre salud es crucial extremar la precaución al publicar los contenidos

Es un reflejo de lo que podríamos denominar de manera genérica la alfabetización de la población, en el sentido de poder entender y comprender el entorno que nos rodea. De este modo es posible contribuir a un debate informado y ejercer lo que sería una correcta toma de decisiones en nuestra sociedad. Como señala George Steiner, tener la capacidad de distinguir «lo nuevo que sigue siendo nuevo» de ese universo irreal de las redes sociales, en las que ideas peregrinas, absurdas, supersticiones y dosis ingentes de irracionalidad andan de la mano. A fin de cuentas, todo desemboca en la educación como eje fundamental de la convivencia. Corren en este sentido tiempos aciagos, impulsados por teorías pedagógicas excluyentes, que inciden en un menoscabo de la capacidad de análisis que presta el bagaje de conocimientos humanísticos, orlados con saberes científicos, como ejes que configuran el pensamiento ilustrado de la persona. Una incidencia sobre la capacidad de razonar a la que sumar una tercera dimensión formativa, con el manejo de los algoritmos prestado por las actuales tecnologías. Pero ese bagaje humanístico está en franco declive, como significativo el ejemplo formativo sobre la mentalidad colectiva de los poderosos publicistas al procurar evitar las palabras de más de dos sílabas y cualquier subjuntivo. Del mismo modo que las oraciones subordinadas, eliminadas en sus mensajes, cortos, pero de impacto. Circunstancias que a la larga operan un cambio profundo en la opinión pública con lo que ello lleva implícito. En esa precaria alfabetización, la referente a la salud es llamativa y desemboca en que entender unas recomendaciones médicas o interpretar un prospecto de medicamentos se ha vuelto por completo ineficaz. A esa alfabetización nos referimos.

Publicidad

El lector profano es probable que carezca de elementos de juicio para discernir los contenidos de prensa apuntados, aunque muestre el lógico interés por los encomiables hallazgos científicos que se le presentan. Conseguir el equilibrio al comunicar los conocimientos científicos, en una sociedad saturada de mensajes, es una tarea compleja. Se trata de ofertar a los lectores aquello que de verdad es relevante, contrastado y expuesto en su contexto actual, sin generar falsas expectativas, conducentes a la desesperanza.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€

Publicidad