Atacar con huevos es como lapidar con palomitas. Lo de los huevos le ha pasado este domingo a Adrián Barbón, presidente asturiano, en su casa. O por allí. Han lanzado huevos y octavillas con mensajes contra su gestión (por las duras restricciones impuestas por el coronavirus). La presidenta del PP asturiano entiende el malestar (por las decisiones drásticas no acompañadas de medidas económicas). Podríamos ir a Madrid, ciudad viva pese al coronavirus. Y pese a que los dueños de restaurantes o bares tampoco estén contentos. Pero menos da un huevo. En Alemania pagan a bares, restaurantes y hoteles el 80% de su facturación. Bares, restaurantes, cines, teatros y gimnasios llevan cerrados desde el 2 de noviembre. Comercios no esenciales y peluquerías, desde el 16 de diciembre. Hay ayudas puente. Subvenciones sin devolución. 80.000 millones han soltado ya. También a los autónomos. Nunca hemos sido alemanes, ni rubios, pero qué civilización.
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